Ingreso académico de Jorge Cruz
La Academia de Periodismo incorporó ayer como miembro de número a Jorge Cruz, que trabajó en LA NACION entre 1957 y 1996. Recibió el diploma que lo acredita en tal carácter del presidente de la institución, José Claudio Escribano, en un acto realizado en el Museo Mitre.
Presentó al nuevo miembro la académica Enriqueta Muñiz. Dijo que Cruz es una personalidad reconocida a lo largo de muchos años por sus aportes al periodismo cultural y a la literatura ensayística.
Indicó que hace pocos días ha sido designado vicepresidente de la Academia Argentina de Letras.
Señaló que su trayectoria abarca casi medio siglo en el diario LA NACION. Ingresó en 1950 y en 1957 se incorporó al Suplemento Literario, que luego dirigió durante más de diez años. Antes colaboró con Margarita Abella Caprile y Leónidas de Vedia, dos nombres emblemáticos en la historia del diario de Mitre.
Comentó su atracción por el teatro y sus notas sobre esa explosión cultural que fueron las salas independientes y observó que, pese a su amor por la expresión teatral, él no sucumbió a la tentación de convertirse en autor dramático.
Y con humor comentó: "Entre Borges, que decía que a los escritores jóvenes había que disuadirlos, y Sabato, que hablaba de morir por la literatura, yo me sentí disuadido de añadir mi propia obra al cúmulo de libros que andan por ahí y que nunca deberían haber sido publicados".
El sillón Victoria Ocampo
Cruz se mostró dichoso de que le hubiera tocado el sillón que lleva el nombre de Victoria Ocampo, notabilísima escritora y periodista auténtica, y evocó su propio ingreso en el diario fundado por Mitre. "Por entonces, las redacciones se abastecían de escritores, algunos de primerísimo orden. Casi nadie firmaba en la edición cotidiana y cada uno daba lo mejor de sí a un organismo con el cual todos comulgaban. Los exponentes más puros de ese periodismo, para los cuales la ética profesional era un rasgo definitorio, constituían claros ejemplos ofrecidos a los jóvenes que se iniciaban".
De la pasta de esos maestros consagrados a un diario, dijo, era Indro Montanelli, que en 1938 ingresó en el Corriere della Sera, del cual se retiró en 1973 para fundar el diario Il Giornale y al cual volvió para tener a su cargo una sección diaria de diálogo con los lectores hasta su muerte, en 2001. Y como historiador, puso la historia al alcance del hombre común.
Cruz lo destacó como pensador, un maestro cuyas lecciones hoy siguen vivas a través de sus libros y, particularmente, a través de su aleccionante historia de Italia, según expresó.
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