Inician las obras de ampliación del Museo de Arte Moderno
Doblete para el empresario Cristiano Ratazzi, a quien le tocó anunciar el inicio de las obras de ampliación del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba), de la avenida San Juan al 300 y la media sanción de la ley de mecenazgo, que en menos de una semana pasó de ser lejano proyecto a realidad tangible.
Como informó ayer LA NACION, la iniciativa, que deberá ser analizada por la Cámara de Diputados, promueve el patrocinio privado de actividades artísticas y culturales mediante la desgravación impositiva de un porcentaje de los fondos aportados.
Más cercano a los motores que a las obras de arte, el presidente de Fiat Argentina y de la Asociación de Amigos del Mamba le ha puesto el moño a un sueño largamente acariciado por la directora del museo, Laura Buccellatto, desde que el arquitecto Emilio Ambasz donó, en 1998, el proyecto de ampliación del edificio ladrillero que perteneció a la tabacalera Piccardo antes de albergar al arte de los siglos XX y XXI.
El patrimonio del museo, cerca de 6000 obras, fue trasladado transitoriamente -mientras duren las obras-, al edificio del Correo Central.
La figura de Ratazzi y su proverbial simpatía se sumaron al poder de convocatoria del museo y, así, una multitud colmó la gran sala del primer piso, ambientada a media luz y adornada con centros de mesa minimalistas. Al encuentro llegó la buena noticia de la media sanción de la ley de mecenazgo, o de incentivos fiscales como prefiere decir el secretario de Cultura, José Nun.
Aunque la desgravación establecida en la ley de mecenazgo es mínima, porque sólo alcanza al 3% de las ganancias netas sujetas al impuesto (en el proyecto de Brandoni que vetó el ex presidente Duhalde ascendía al 5%), el entusiasmo se explica, simplemente, por el hecho de cerrar una asignatura pendiente desde hace ocho años, como bien señaló la coleccionista y mecenas Nelly Arrieta de Blaquier.
Los plazos del museo
Cristiano Ratazzi no se considera un coleccionista, pero dijo anoche que el arte es lo que más lo conmueve, como a su tío Gianni Agnelli, patrón de la Fiat y gran coleccionista de arte junto a Marella, su mujer, hoy viuda. La madre de Ratazzi, Susana Agnelli, que fue canciller de Italia, presidió hasta hace pocos meses el board del Palazzo Grassi, que era propiedad de la Fiat.
"La ampliación del Mamba será inaugurada en un año y medio", anticipó cuando tomó la palabra el secretario de Cultura del gobierno porteño, Gustavo López. "Será -agregó- el museo que Buenos Aires se merece."
El costo de la ampliación, estimado en 11 millones de pesos en la era del uno a uno, será asumido por el gobierno de Ibarra, ya que tan larga demora hizo perder el crédito que originalmente había concedido el BID a través de su presidente, Enrique Iglesias.
La directora Buccelleto pidió un brindis por el museo y por "los ladrillos" diseñados por artistas y comprados por los benefactores. Esos fondos contribuirán a levantar el nuevo Mamba, que duplicará los metros actuales y se unirá al Museo del Cine, un eslabón preciado en la cadena de museos porteños. Marion Helft, Estefanía Lagos, Mauro y Luz Herlitzka, María Noel, Jacobo y Nora Fiterman, Marta Fernández, Luis Benedit, Clorindo Testa, Florencia Braga Menéndez, Rogelio Polesello, Esteban Tedesco, Alberto Elía, Alberto Sendrós y Giorgio y Georgina Alliata, entre otros coleccionistas, artistas, mecenas y galeristas, se plegaron al brindis.