Jordi Carrión: el aldeano de Barcelona revela la ciudad
En la estela de Walter Benjamin, el autor español escribió un libro hecho de vaivenes y autobiografía
No hace falta ir muy lejos para tener la visión de eso que un urbanista llamó "el cielo de la calle". Algunas de las galerías que perviven en Buenos Aires -un poco entre la decadencia, rara vez el lujo, los deprimentes sex shops y las casas de muñecas- son el correlato a escala de los pasajes parisinos. Pero pasajes hay casi en todas las ciudades: atajos para la evasión, espacios urbanos que sirven para sustraernos de lo urbano. "No soy viajero ni turista: soy pasajero". Eso anota Jordi Carrión en Barcelona. Libro de los pasajes (Galaxia Gutenberg). "Después de muchos años de viajar y de escribir sobre mis viajes me planteé un reto mucho más difícil: contar y pensar el lugar donde vivo -explica, recién llegado a Buenos Aires-. El extrañamiento de lo ajeno y exótico es fácil, lo difícil es ver con distancia tu propio barrio. Gracias a la red de pasajes pude entrar en una dimensión paralela. Y, por extensión, poner entre paréntesis la experiencia urbana. Aunque ponga el foco en Barcelona, es un libro sobre cualquier ciudad del mundo".
Por su puesto, ni Carrión ni nadie puede pensar los pasajes sin la precedencia de Walter Benjamin. En el prólogo a Das Passagen-Werk, el editor, Rolf Tiedemann, señalaba que hay libros que tenían un destino mucho antes de existir como libros. Es una hermosa idea. No sería el caso de Barcelona, que no padece la inconclusión del modelo, aunque de todos modos da la impresión de ser de esos libros que ya existían antes de ser escritos. "El proyecto de Benjamin fue mi punto de partida, pero no de llegada. Él tomó apuntes de un libro sobre París que no escribió y yo aproveché que estuvo en Barcelona, pero que no se fijó en sus pasajes, para escribir una larga crónica, o un largo ensayo, sobre mi ciudad". Por un momento, a Carrión lo rozó la sombra del ala de la inconclusión. "Fue un documento lleno de notas y citas, hasta que encontré un ritmo: alternar mis textos con los de la biblioteca y la hemeroteca. Gracias a ese hallazgo pude acabar el libro: mi voz y la de muchos otros, vivos y muertos".
Ese vaivén cronológico es algo que llega al libro también de los pasajes, donde no se sabe nunca qué hora es ni qué siglo es. Estaba ahí el truco de "El otro cielo", el cuento de Cortázar que unía la Galería Güemes con París y Carrión lo hace suyo. La frase "Veo lo que ya no se verá nunca más" es indicio de la obsolescencia de los objetos que habitan los pasajes. "Conectan mundos distintos y, a menudo, también tiempos distintos. Toda la poética de Cortázar, de tradición surrealista, se vincula con el concepto de pasaje, de tránsito, de hipervínculo. Son espacios muy estimulantes para los detectives culturales y para la arqueología urbana". Esa arqueología se revela inagotable. "Si Perec no lo logró con un fragmento de París, yo no podía hacerlo con Barcelona. Pero sí creo que exprimí al máximo una de las unidades de sentido de la ciudad, el pasaje. Gracias a una parte, pude acercarme a un todo, la ciudad. Fue un fracaso, porque las ciudades son inagotables, pero de eso se trata, de fracasar cada vez mejor".
De visita
Barcelona. Libro de los pasajes
Hoy, a las 20.30, Carrión presentará su libro en la Sala Sarmiento. Después firmará ejemplares en el stand de Editorial Océano (Pabellón Verde)
Agenda
Actividades destacadas en el primer día
Jorge Drexler: concierto gratuito del cantautor uruguayo, en gira por su nuevo disco Salvavidas de hielo en la Noche de la Ciudad. Alas 20, en un escenario instalado en Av. Sarmiento frente al predio de la Rural.
Espartanos: presentación de No permanecer caído, de Federico Gallardo, que describe cómo Los Espartanos, el equipo de rugby de un centro penitenciario, ayuda a los presos. A las 20.30, en sala A. B. Casares.