Justicia y mercado

Como bien dice Augusto Morello en el prólogo de este libro, "el mercado con transparencia y equilibrio no puede funcionar sin el Derecho. Sobremanera, sin Justicia". Es que, cuando el mercado funciona sin Justicia, como efectivamente ocurre en muchos países no desarrollados desde el punto de vista económico y, sobre todo, institucional, deja de ser transparente y, además, se torna más caro.

Esa es la directriz que guía este excelente trabajo, Poder Judicial, desarrollo económico y competitividad , una investigación que dirige Ana I. Piaggi y de la cual acaba de aparecer el primer volumen, que se completará en los próximos meses con otros dos tomos de igual importancia.

Jurista brillante, doctora en derecho, destacada profesora universitaria y autora de numerosos trabajos y libros, Piaggi desarrolló este proyecto conjuntamente con el Conicet y la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires. Contó con la colaboración de un equipo interdisciplinario integrado por los abogados Germán Garavano (ex titular del Foro de Estudios para la Administración de Justicia y actual asesor del Ministerio de Justicia para la reforma judicial), María Fernanda Lesch y Milena Richi, las sociólogas Natalia Calcagno y Liliana Raminger, el especialista en sistemas Martín Gershanik y el contador Ricardo Dealecsandris.

La obra parte del postulado de que no hay inversión ni progreso económico sin seguridad jurídica: en un espacio -el económico del mundo globalizado- donde prevalece lo dinámico, el Poder Judicial está llamado a cumplir un papel estabilizador. Este libro intenta detectar e influir sobre uno de los principales factores que contribuyen a construir la seguridad jurídica: el comportamiento judicial.

"Se logra seguridad jurídica si los jueces son honestos, ilustrados, trabajadores y entrenados. No se trata tanto de un asunto de normas jurídicas como de un caso de comportamiento judicial apropiado y justo", dice Julio C. Cueto Rúa. En esta obra, se analiza el desempeño de esas unidades de producción que son los juzgados, que aún funcionan sobre pautas ya perimidas, trazadas en el siglo XIX; se detectan las deficiencias del sistema y de los juzgados comerciales de la ciudad de Buenos Aires y se estudian la interacción de los jueces con los abogados y las críticas que los propios empleados judiciales y los abogados formulan respecto de los magistrados y de la organización judicial. Todo ello, apoyado sobre datos obtenidos en encuestas, entrevistas y compulsa de documentos.

El objetivo es diseñar un sistema judicial más eficiente, que permita llegar a decisiones más justas y, también, recuperar los créditos con mayor celeridad, elemento imprescindible para el abaratamiento y el acceso a esos créditos.

El trabajo de Piaggi es lo suficientemente valioso como para que resulte insoslayable dentro del programa que pusieron en marcha las actuales autoridades: la reforma judicial, una cuestión que todos los gobiernos prometen llevar adelante, pero que aún no se concreta.