Kuitca exhibe el trabajo de sus discípulos
Más de 30 artistas, muchos del interior, se forman durante 18 meses junto al cotizado pintor argentino
Segundo estudio abierto para uno de los programas de las artes visuales más interesantes que tiene la Argentina. Lo dirige nada menos que el enfant terrible de la pintura argentina: el joven Guillermo Kuitca, quien a los 43 años -y como astro de la plástica- hace cuatro "navega" cómodo en la faena docente.
Muchas horas de reflexión, de diálogo e intercambio sobre las obras de una treintena de artistas es la tarea que absorbe al consagrado pintor y maestro, en su interacción con los más heterogéneos lenguajes del arte (fotografía, collage, arte digital, pintura, escultura, arte lumínico).
Ayer se abrieron al público las puertas de ese gran taller donde durante 18 meses trabajaron los artistas que participan en el Programa de Talleres para las Artes Visuales del Centro Cultural Rojas. Con impronta joven (los artistas tienen entre 22 y 35 años), música fuerte y muchos "work in progress" para ver, los alumnos mostraron un universo muy ecléctico de arte contemporáneo.
Las obras de muchos de ellos integran hoy la muestra itinerante "Civilización y barbarie", curada por Sonia Becce y organizada por la Cancillería, que recorre América latina.
Ayer, en el estudio abierto en el barrio del Abasto, la bahiense Judith Villamayor, que siempre trabajó con imágenes digitalizadas, presentó una instalación inspirada en lo que podría ser un santuario improvisado al costado del camino.
"Trabajé sobre un concepto de Roy Ascott, que plantea la ampliación de la conciencia mediante tres realidades: la física, virtual y chamánica", cuenta con su look punk, que celebra ese contraste tajante entre el blanco de la piel y el negro de la ropa. Villamayor utiliza huesos y corazones de vacas e imágenes de vírgenes. A la iconografía religiosa le adosa materiales orgánicos, cera y objetos. "La virgen es como un imán que en su cuerpo atrae todos los ruegos, las plegarias y los pedidos de los feligreses", señala.
El tucumano Sandro Pereira trabaja con fotografías monumentales agujereadas; Cynthia Kampelmacher, con parabrisas astillados y Fabian Bercic moldea los relieves y las formas sobre alfombras utilizando fuego y calor.
La dupla integrada por Manuel Brandazza y Diego De Auriz montó una instalación-boliche con objetos fluorescentes y lumínicos, bajo la sombra de una potente luz negra.
Buena muestra de la producción de artistas de última horneada, las obras pueden resultar un tanto herméticas cuando se desconoce el entramado intelectual que las sostiene.
Otras son de más fácil decodificación, como los retratos fotográficos de Flavia Da Rin y los collages y montajes de fotos coloreadas de Constanza Vicco. Las obras se pueden visitar hoy, de 17 a 22, en San Luis 3176.
Kuitca visita a sus discípulos los martes y jueves, durante cinco horas. Hace intercambios colectivos e individuales con cada artista.
"No me pongo en el lugar de maestro-mentor. Más bien, nuestro trabajo consiste en un intercambio plástico-intelectual", cuenta Kuitca, que apura la producción para su próxima muestra en Londres. En marzo, mostrará en la galería Houser & Wirth, a metros de la Royal Academy, su nueva serie de collages inspirada en planos de teatros, un soporte nuevo para él.
"Es un lujo ser testigo del proceso de trabajo de ellos; me enriquece muchísimo como artista. Interpretar, entender y aportar algo a la obra de otro siempre es un desafío estimulante", afirma.