La colecta de ladrillos de Ai Weiwei
El artista y activista chino Ai Weiwei mostró ayer en Berlín su sorpresa por la negativa de la compañía danesa Lego para suministrarle las piezas necesarias para un proyecto en Australia, pero se mostró convencido de que la obra se podrá realizar gracias a donaciones particulares de esos famosos ladrillos. "Me quedé bastante sorprendido, porque se trataba de un pedido muy respetable", declaró el artista en la capital alemana, según la agencia EFE. Según explicó, gracias a la iniciativa lanzada por Internet para donar ladrillos de Lego logrará reunir el número necesario de piezas para poder realizar su proyecto "tal como quería".
"En este caso, Internet ha resultado ser algo así como una iglesia moderna. Vas a la iglesia y le lloras tus penas al cura y todos en la comunidad pueden solidarizarse y quizás hallar una solución", bromeó.
Acusaciones cruzadas
Ai había acusado a Lego a través de las redes sociales de "censura y discriminación" al negarse a venderle piezas para su exposición. La crítica se manifestó con imágenes que Ai hizo circular en redes sociales, en las que podían verse piezas de la famosa firma en un inodoro después de que la compañía rechazara colaborar con él en una exposición por su perfil político, denuncia el disidente. Según publicó Ai en su cuenta de Instagram y en Twitter, Lego rechazó venderle los ladrillos para la exposición por "naturaleza política" del trabajo.En un correo enviado a la galería australiana, el grupo Lego señalaba que sus juguetes no podían ser utilizados en ningún proyecto que contuviera declaraciones políticas, religiosas, racistas, obscenas o difamatorias.
El proyecto del artista en Melbourne, en el marco de la exposición Andy Warhol / Ai Weiwei, consiste en una treintena de retratos con piezas de Lego de activistas australianos que han luchado por los derechos civiles.
En estos días, Ai Weiwei empieza una nueva etapa como profesor en Berlín, donde explicó que en el arte es importante "la actitud". "No alentaré a ninguno de mis alumnos a ser como yo." Y dijo sobre Berlín: "Nunca he sentido tanta libertad creativa como aquí". Explicó que con anterioridad sólo había vivido en Pekín y Nueva York y que la capital alemana se encuentra, en su percepción, a medio camino entre ambas. Durante su estadía de tres años como profesor invitado tiene previsto continuar viajando a China, siempre y cuando lo sigan dejando entrar y salir.