Crítica de libros / Narrativa extranjera. La experimentación al poder
A cielo abierto
Por João Gilberto Noll
Publicada originariamente en Brasil en 1996, A cielo abierto es la cuarta novela del escritor João Gilberto Noll (1946) que la editorial Adriana Hidalgo publica en castellano, después de haber dado a conocer Lord , Bandoleros y Harmada . Un acontecimiento afortunado dado que se trata de una novela excepcional en la que inusualmente conviven la experimentación verbal, el desarme de las unidades de personaje, tiempo y espacio, y las figuras poéticas, con, al mismo tiempo, una legibilidad accesible. Sin perder necesariamente un hilo de la narración, la lectura transita simultáneamente por un desborde lírico de imágenes bellísimas y atroces. Más aún: con verdadera estética de vanguardia, pero desembarazada del puro gesto del happen ing, la novela de Noll desarma la sintaxis y la cadencia ya escuchada del lenguaje, para representar el mundo sin las murallas axiomáticas que separan los planos del sueño, la vigilia, la percepción, el pensamiento, la imaginación. Se trata, más bien, de superponer todas estas dimensiones hasta indiferenciarlas, y eligir borrar "el Nexo", con mayúsculas, tal como lo llama un personaje, un concepto que "es una casa que alquilamos en ciertos períodos para abrigarnos de la guerra entre todas las cosas sueltas". Este desarme experimental persigue capturar la experiencia del personaje principal y narrador -sin nombre, sólo un hombre errante- al tiempo que evita jerarquizarla con extemporáneos criterios de imaginación y realidad.
A cielo abierto narra la historia de un joven abandonado a su suerte, que cuida a su pequeño hermano enfermo, y que decide salir en busca de su padre para pedirle dinero y medicinas. Los hermanos se dirigen hacia el campo de batalla donde el padre, un general del ejército, combate en una guerra de la que poco se sabe, casi una guerra genérica, sin marcas distintivas, a no ser por el color morado de los uniformes. Pero este argumento inicial de la historia no se desarrolla de manera previsible; lo que sigue es una imparable y mutante deriva narrativa en la que el exceso y, sobre todo, la escenificación de un goce que no se detiene ante tabúes ni otras prohibiciones (como el sexo entre hermanos, la homosexualidad, la pederastia, la violación e incluso el asesinato como clímax del acto sexual) se representan con formas que no caen en lo revulsivo, sino que transmiten, acaso por la sofisticación del estilo, una extraña sensación de liberación, como un brío desatado del que se presiente, no obstante, que acabará inevitablemente en la destrucción.
En contraposición a este desenfreno, está "el cielo abierto", aquellos momentos en los cuales el narrador contempla un paisaje y en los que esa "excitación incontrolable" ("que ya no cabía en mí, [...] que iba a matarme") encuentra un sosiego. Se trata acaso de instantes en los que el narrador puede "salir de sí" (una recurrencia en la novela), pero en forma pasiva, sin abordar el cuerpo de otro.
La riqueza y la originalidad de la escritura de Noll propician, además, un efecto de lectura poco frecuente en el caso de una novela: poder recortar, con antojo, algunos fragmentos del texto y hallar en él la unidad formal y el efecto de sentido de las formas breves, como el microrrelato, el poema o el cuadro teatral.
Autor de numerosas obras, algunas de ellas premiadas en Brasil y otras llevadas al cine, Noll es una de las voces más originales de la literatura brasileña actual. Su reciente difusión entre lectores hispanohablantes no puede menos que celebrarse.
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