La feria que confirma una tendencia editorial
Leer y Comer, encuentro que sigue hoy, reúne a cocineros y autores con el público; dos placeres que maridan con éxito en la industria: los libros de gastronomía
Una multitud, entre familias enteras, parejas jóvenes y no tanto, señoras solas o en grupo, concurrió ayer a la primera feria del libro y gastronomía de Buenos Aires. Organizada por el museo de periodismo Margen del Mundo en la cuadra de Concepción Arenal entre Warnes y Montenegro, en Chacarita, Leer y Comer reunió a los dos grupos editoriales multinacionales, Planeta y Penguin Random House, con sellos locales pequeños como Treinta y Seis, de Daniel Burman, y Margen Izquierdo, de Luis Majul. Todos sacaron sus libros a la calle para ofrecer al público sus títulos de ficción y periodismo de autores como Jorge Fernández Díaz, Felipe Pigna, Alfredo Leuco y Laura Di Marco, y de cocineros como Dolli Irigoyen, Pietro Sorba y Donato De Santis.
Con mesas repletas de ejemplares, de un lado, y food trucks a la moda, del otro, la calle se pobló desde temprano de gente que buscaba fusionar dos placeres mundanos: la lectura y la cocina. Es que la excelente respuesta del público a esta nueva feria es reflejo de una tendencia en alza en el mercado editorial: el género que engloba los títulos de gastronomía, desde los clásicos recetarios a los cuidados libros de cocina de autor, son una de las patas que sostienen el negocio.
Así lo confirman editores especializados en el rubro como Mariano Valerio, de Planeta, que ya había podido comprobar lo bien que funciona el maridaje entre libros y comida en otras ferias gastronómicas como Masticar y Mistura, de Perú. "Hace unos cinco o seis años, cuando salió el libro Comer y pasarla bien, de Narda Lepes, comenzó un boom del género que se mantiene en la actualidad. Los estilos cambiaron, claro: ya no son los viejos libros de recetas; ahora el público busca historia, fotografías, ideas para innovar en la cocina", dijo. En el stand de ese grupo, los libros de pastelería de Osvaldo Gross y la guía de lugares de Lepes se ofrecen al público, por ejemplo, junto con los best sellers de Gabriel Rolón y Facundo Manes. Aunque los precios son los mismos que en las librerías, muchos de los que se acercaban a hojear terminaban comprando un título de cocina, género en el que Planeta ya maneja futuros lanzamientos: uno del chef Fernando Trocca, de Narda Lepes para chicos, y Pietro Sorba con las recetas de sus bodegones preferidos.
En el puesto de Penguin se puede conseguir desde Elogio de la cocina, de Cristina Bajo, hasta Todas mis recetas, de Martiano Molina. Y en las mesas de las librerías Cúspide y El Ateneo, como en la tradicional Feria del Libro historias de ficción como El puñal, de Fernández Díaz, se codean con el Producto argentino, de Dolli Irigoyen, en exquisita convivencia.
De los puestos de comida se destaca el que está al mando de Donato: con el cocinero italiano detrás de la barra, la gente forma largas filas para degustar el menú de Cucina Paradiso. ¿La estrella de la tarde? Según De Santis, en dos horas se agotaron 500 sflogliatelle. "Tuvimos que pedir refuerzos", confesó. "Por fin pudimos reunir la escritura con la cocina. Nosotros hacemos libros, por un lado, y comida, por el otro. Acá pudimos mostrar nuestras dos facetas", agregó eufórico mientras se llevaba a la boca en broma un libro del stand de Treinta y Seis, la flamante editorial del cineasta Daniel Burman. Este pequeño sello, especializado en libros ilustrados, ya publicó tres títulos: El centauro en el jardín, de Moacyr Scliar; Nubes de colores, de Rafael Alberti, y Tres niños, de Antonio Ventura y Gabriel Pacheco. Aunque ninguno es de cocina, a Burman le interesó participar porque es su primera oportunidad de acercarse al público. "Me interesa escuchar qué dice la gente sobre los libros", dijo el director, fanático declarado de las empanadas de carne de Irigoyen. "Probé algo de cada puesto, pero esas empanadas son mi perdición."
Así como al mediodía y las primeras horas de la tarde se lucieron los cocineros (Maru Botana, entre el público), la noche fue para los autores. Alfredo Leuco y su hijo Diego hablaron en el auditorio sobre cómo se preparan los programas de radio y de televisión; Fernández Díaz reveló los secretos detrás de los best sellers; y los Wiñazki (Miguel y Nicolás) contaron cómo es la cocina de una investigación periodística. Anoche se esperaba el estreno de una obra sobre la AMIA, que inaugura el ciclo de Teatro Urgente de Margen del Mundo. En ese espacio continúa la muestra De Walsh a Lanata, cuarenta años de periodismo.
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