Como reveló hoy LA NACION, entre las 15 obras de Antonio Berni robadas hace diez años que siguen sin aparecer había una que nunca fue exhibida en público. Se trata del collage Ramona de fiesta, que el maestro rosarino fechó en 1966 y que forma parte de la saga "Ramona Montiel", que había creado en París hacia 1963. Esa obra recibió tres ofertas concretas de coleccionistas estadounidenses en los años previos al espectacular robo, pero fueron desestimadas por la familia, que prefería mantenerla en su acervo como el resto de este conjunto que iba a ser cedido en comodato al Museo Nacional de Bellas Artes. Una fuente que intermedió entre la familia y los potenciales compradores aseguró que los tres tenían llegada al board de un importante museo de los Estados Unidos.
Compuesta con rezagos de Porte de Clignancourt (el mercado de pulgas de París) y pelos de escoba, esta Ramona mantiene el estilo picassiano de las primeras obras de la serie que Berni desarrolló en el taller que tenía en el pasaje Cité Prost de la capital francesa. Y guarda mucha semejanza en los materiales y la composición con otra que se reprodujo en la tapa del catálogo de su muestra en el Atelier Jacob de esa misma ciudad, en 1973, en su momento de mayor exposición en Francia cuando era considerado un peso pesado del nouveau realisme.
El mismo Berni explicó la génesis de su personaje femenino en una carta que le mandó a Rafael Squirru, desde París, el 28 de agosto de 1962: "Continúo viviendo en esta ciudad, no sé por cuanto tiempo aún, en este momento trabajo con miras a una futura exposición en París, pero nada puedo decir hasta entrado el mes de septiembre (…) Lo que le puedo decir es que Juanito Laguna sigue haciendo roncha por donde pasa. Pronto le tocará el turno a Ramona Montiel, el nuevo personaje de mi futuro conjunto; será una mezcla de Cumparsita-Milonguita y Marilyn Monroe (…)".
Esa mezcla de arrabal y cultura pop definió al Berni de los años 60 y lo puso a la vanguardia de lo que el crítico francés Pierre Restany había llamado "Pop lunfardo": una versión argentina del Pop en la que sumaba a los efervescentes ángeles de Romero Brest. Por otra parte la apropiación que Berni hizo del mito de la Monroe fue casi inmediata ya que la actriz se había suicidado el 5 de agosto de ese mismo año, veinte días antes que el rosarino escribiera a Squirru.
Su personaje también es contemporáneo del uso que Andy Warhol hizo de Marilyn en su trabajo sobre los íconos de la cultura de masas. Sus célebres serigrafías se mostraron por primera vez en Nueva York apenas meses antes de que Berni inaugurase en la galería Du Passeur de París (mayo de 1963) su primer muestra sobre Ramona Montiel, con 19 collages y grabados. Curiosamente, en la película de Warhol Lonesome Cowboy (1967), interpretó el papel de una ranchera llamada "Ramona".
Ramona de fiesta forma parte de un conjunto de piezas de la serie donde Berni emancipa a su personaje del destino desgraciado de una prostituta pobre. Esa es la gran diferencia de su serie con los grabados que Spilimbergo había hecho treinta años antes representado la vida de Emma, una prostituta que termina suicidándose. En estas imágenes Berni revuelve el arcón de las señoras de la belle epoque para vestir a una milonguera argentina y, en ese acto, resuelve la relación especular entre París y Buenos Aires que está en el fondo de la historia del tango, la importación de un modelo cultural civilizatorio y, al fin, su vida íntima, ya que su primer mujer era francesa y su hija Lily nació en París y mantuvo la nacionalidad francesa hasta su muerte.
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