Entrevista con Jorge Herralde. "La misión del editor es estar atento al talento"
Entrevista con el editor-dueño de Anagrama, que entrega uno de los premios más prestigiosos de narrativa
De la redacción de LA NACION
El editor español, Jorge Herralde, ha dedicado los últimos 40 años de su vida al libro. A descubrir los mejores escritores, a acompañar su crecimiento, a publicar la mejor narrativa y a construir un catálogo que, en suma, es lo que buscan los amantes genuinos de la buena literatura.
Este editor independiente, dueño de Anagrama, cuyo premio anhelan ganar muchos escritores porque, aunque es pequeño en dote, es grande en prestigio, vino a Buenos Aires para recibir el Gran Premio Buenos Aires provincia, que le otorgó ayer el gobierno de Daniel Scioli, a través del Instituto Cultural, y a propuesta de Mario Pacho O’Donnell.
Horas antes de brindar su discurso sobre el oficio de editar, en el histórico Colegio Nacional de La Plata, acto al que lo acompañaron Ricardo Piglia y Alan Pauls, entre otros, Herralde conversó con La Nacion.
"La misión del editor es estar atento al talento", dice Herralde, para quien filtrar los originales de los esos potenciales nuevos talentos y construir un catálogo tienen que ser los objetivos de todo buen editor independiente.
Herralde mira con entusiasmo la aparición de nuevas editoriales independientes en el mercado español y sostiene, sin dudarlo, que "Roberto Bolaño es el gran fenómeno de los últimos 30 o 40 años en la literatura hispanoamericana, algo que no ocurría desde el boom". Al respecto, el editor señala que el reconomiento internacional a Bolaño proviene de "su universalidad, su radicalidad, su actitud y su mordacidad. Su obra nace en sí misma y va a contracorriente".
Con humor catalán, Herralde dice que "las editoriales independientes están apostando por escritores que empiezan. También es cierto que los directivos de grandes grupos se ponen nerviosos y hacen operaciones comando para quitarse autores entre ellos. Como aquellos mafiosos que sólo se matan entre ellos".
Piglia, un clásico
A la hora de trazar un panorama de la literatura iberoamericana, y en particular la argentina, Herralde dice: "Aunque no gusta que diga ésto, creo que en el año 2000 aparecieron en América latina escritores que despiertan mucho interés, algo que no ha ocurrido en España. En la Argentina, está por ejemplo Ricardo Piglia, considerado un grande las letras en español. En los últimos días ha recibido premios en Casa de América, en Barcelona, y en la Sorbona, en París, le acaban de dar el Premio Roger Callois, por El último lector. Piglia está en plena gloria europea".
Además de Piglia –dice el editor de la obra de Roberto Bolaño, Enrique Vila Matas y Ryzsard Kapuscinski, entre otros–, que "hay escritores como Alan Pauls, cuya novela de primerísimo orden le ha dado repercusión internacional". Y agrega a esa selecta lista a Martín Kohan, último ganador del Premio Anagrama, y a Martín Caparrós, "nuestro último fichaje". Pero además ha publicado a César Aira, Rodolfo Fogwill, Juan Forn, Rodrigo Fresán y Andrés Neuman, entre otros narradores argentinos.
Amigo de los libreros, "que son tan vocacionales como los editores, y son sus principales cómplices", Herralde dice que, además, "son los notarios de una trayectoria, por eso viven en priemra fila, los aciertos, los errores y los desvíos de una línea editorial".
Se define a sí mismo como "un peatón de librerías" y se confiesa enamorado de Buenos Aires, a la que llegó por primera vez en 1974.
Fente al fárrago de novedades editoriales que cada mes, los sellos colocan en el mercado dándole corta vida a los libros en las vidrieras, Herralde afirma que el olfato de un editor se actualiza "con un proyecto editorial, sin buscar la novedad por la novedad, no yendo detrás de ninguna moda".
Recomienda aplicar "el criterio de la lentitud de la lectura. Sólo de leer unas páginas demorada e intensamente adviertes si detrás hay un escritor que que pueda conectar con los lectores".
No se asusta ante la idea de dar batalla en un mercado dominado por los grandes conglomerados editoriales. "No soy pesimista. Hoy están surgiendo muchas editoriales pequeñas y de mucha calidad. Es posible coexistir con los grandes grupos, siempre que existan librerias.
Quizá uno de los hitos editoriales que Herralde disfruta con la sonrisa más ancha sea el crecimiento de Bolaño hasta convertirse en un fenómeno literario, admirado por una vasta mayoría de escritores hispanoamericanos. "Ha sido muy gratificante seguir su despeque, desde que era un poeta desconocido. Lo acompañamos desde Estrella distante. Bolaño tiene dos obras maestras: Los detectives salvajes y 2666. Esto es comaprtido con muchos escritores menores de 40 años. Bolaño es la figura que más admiran, desde México a la Argentina".
Ayer, en el acto en La Plata, el editor dedicó el discurso a definir su oficio en el mundo actual. Para ello, tomó buena nota de un artículo brillante que el editor Robert McCrum escribió hace unas semanas para el periódico británico The Observer. "Un thriller en diez capítulos" se tituló el trabajo en el que abrevó Herralde. "En suma, si nuestra misión es hacer un filtro y construir un catálogo para que disfruten los lectores amantes de la buena literatura, no hay que apurarse para enterrar a Gutenberg, porque los libros persistirán" , concluye sonriente, con la serenidad del que sabe de qué habla.
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