La Noche de los Museos iluminó con arte la ciudad
Siguió hasta bien entrada la madrugada con la participación de 250 instituciones; el altar mexicano del Malba y Miró en el Bellas Artes concentraron el mayor interés
Con Michel Gondry como célebre guía de la visita guiada de su muestra interactiva, “Usina de películas amateurs”, comenzó ayer la movida cultural en el Distrito de las Artes durante La Noche de los Museos. El cineasta francés inauguró la instalación en la Usina del Arte con una charla abierta en la que invitó al público a crear su propio film siguiendo un protocolo diseñado especialmente por él.
Gondry dio la charla en inglés ante un auditorio lleno con capacidad para 1200 personas. Explicó la técnica para hacer una película propia en el set ya armado que forma parte de la muestra y que tiene distintos espacios: un videoclub, un bar, un consultorio médico y un garage con un Fiat 147 blanco.
Mientras los asistentes formaban fila para visitar la exhibición, en la plaza al aire libre se proyectaban sus películas y una selección de cortos y videos, muy cerca de donde se presenta el trabajo audiovisual en formato 3D de la cantante islandesa Björk.
Epicentro de la concentración de los más jóvenes, la Usina reunió muchísimo público que aprovechó el buen clima de la noche para recorrer otros espacios de la zona sur porteña: entre ellos, el renovado Museo del Cine Pablo C. Ducrós Hicken, en Caffarena 51, donde los asistentes dejaron sus deseos y sus preguntas en la cápsula del tiempo de la sección “Delay” que se abrirá en la edición 2022 de La Noche de los Museos.
Este año, con más de 260 sedes entre galerías, museos, centros culturales, bibliotecas y edificios públicos, la gran fiesta del arte superó a las anteriores en oferta y convocatoria. Aunque al cierre de esta edición la maratón museística continuaba sumando público, ya que las actividades estaban pautadas hasta las 3 AM, los organizadores tanto del gobierno porteño como nacional y las instituciones privadas celebraban un nuevo récord: más de un millón de personas. En familia, solos, en grupos de amigos; a pie, en bicicleta o en colectivo (hubo pase libre en 80 líneas urbanos y en los subtes y hasta se levantaron las barreras de algunas autopistas desde las 21), la gente volvió a convertir la jornada de puertas abiertas en la más convocante del año.
El hit del corredor sur, además de la Usina, fue Fundación Proa, con el último fin de semana de Manifesto, la videoinstalación de Julian Rosefeldt con trece videos protagonizados por la actriz Cate Blanchett. Afuera, para amenizar la espera, Proa presentó una intervención lumínica en movimiento sobre su fachada, creada por Jorge Pastorino. Muy cerca, el Museo Quinquela Martín y galerías de arte de la zona como Granada, Walden, La Verdi, Barro, Quadro, Young MobART, Popa e Isla Flotante se sumaron a la propuesta con muestras y actividades especiales.
En San Telmo, barrio que ayer tuvo su festival propio en la misma Noche de los Museos, el Mamba y el Macba ofrecieron visitas guiadas a sus respectivas muestras: las de Liliana Maresca, Sergio Avello y Elba Bairon, por el lado del Moderno; y la de Eduardo Mac Entyre, en el Macba. Pasadas las 20, sobre la avenida San Juan al 300, cerrada al tránsito, hubo un concierto al aire libre de la Banda Sinfónica de la ciudad, que el público (muchos turistas con cámaras en mano) siguió con entusiasmo. Aplausos, bises y selfies con música en vivo.
La fila para entrar al Mamba era a las 20.30 de una cuadra y media.
De un extremo al otro
Las estaciones más concurridas del corredor norte fueron las clásicas. Malba, con el arte modernista mexicano y un gran altar dedicado a los muertos en la explanada, estalló: antes de las 21, la fila daba una doble vuelta a la manzana. El altar está dedicado a las víctimas de los terremotos del 7 y 19 de sepiembre de este año y se veía colmado de coloridas ofrendas florales y cruces de papel. El público podía fabricar sus propias ofrendas con cartulinas de colores. Había también velas y ofrendas de pan y maiz. Los asistentes anotaban sus mensajes en papelitos. Al costado del altar, una Frida Kahlo de tamaño real presidía la celebración y era presa de las fotos del público.
También fue muy convocante el Bellas Artes, con las dos últimas décadas de trabajo de Joan Miró. Pasadas las 21, había filas de dos cuadras, entretenidos por la música clásica que se oía por unos parlantes ubicados en la entrada. Llamaron además la atención el Palais de Glace, con la muestra Transhispania, de Juan Gatti y el Centro Cultural Recoleta, con música en la terraza y el Patio de los naranjos.
En la zona del Bajo, el CCK (que tenía la la cúpula y la fachada iluminadas con los colores de la bandera argentina) congregó muchos asistentes, ansiosos por ver la muestra “Les Visitants”, curada por Guillermo Kuitca que reúne obras de David Lynch, Patti Smith y Raymond Depardon, entre otros artistas. El público se repartía entre la Gran Lámpara, los pisos seis y siete y la plaza seca debajo de la panza de la Ballena donde están colgadas las fotos de Gaby Herbstein tomadas en el carnaval jujeño.
Este año, mientras el Ministerio de Cultura porteño puso el eje en los museos bajo su órbita que fueron renovados recientemente, como el Sívori, el Larreta y el del Cine, su par a nivel nacional centró las actividades en el casco histórico. Así, el Cabildo, el Museo Histórico Nacional y la Manzana de las Luces ofrecieron performances, música, mapping y el arte de la historieta en el cierre del festival Viñetas Sueltas.
En la sección “La Noche despierta a los chicos”, la biblioteca del Congreso de la Nación organizó lecturas en torno a la obra de María Elena Walsh; Margen del Mundo, un taller de periodismo; el Centro Cultural de la Ciencia, tres salas con propuestas interactivas; y el Centro Cultural Borges, un taller de arte y juegos.
Fue una maratón multitudinaria que ya prepara su fiesta de 15 para el 2018.