La quinta novela de Andrés Neuman
El escritor argentino radicado en España corrige un libro de cuentos, Hacerse el muerto, que aparecerá el año próximo. Antes de eso, en octubre, publicará los poemas de No sé por qué
Antes de cumplir 20 años, Andrés Neuman impresionaba a críticos, colegas y lectores con su trabajo poético y literario. Más de una década después, figura entre los 22 narradores jóvenes en español más destacados, según la revista británica Granta. Su última novela, El viajero del siglo, ganó el premio Alfaguara de Novela 2009 y el Premio de la Crítica 2010. En la actualidad, trabaja en varios frentes y eso le hace sentir "la sensación ligeramente fantástica de recorrer distintos lugares a la vez".
A fin de año, la editorial española Páginas de Espuma publicará su libro de cuentos Hacerse el muerto, que en 2012 editará en la Argentina el sello La Compañía. "Los relatos exploran el registro tragicómico y van del dolor de la muerte al sentido del humor, del miedo a la ironía", cuenta Neuman, ocupado por estos días en la corrección de los textos. En octubre, Ediciones del Dock publicará su libro de poesía No sé por qué. "Será la primera vez que me editen en el país antes que en España, donde vivo desde niño. Es una emoción doble, porque mi poesía jamás había circulado en la Argentina", dice.
Desde hace ya un tiempo, escribe una novela sobre la enfermedad y sus efectos en la sexualidad y en la lectura, en la forma de leer y de desear. Neuman asegura que esta nueva producción literaria será distinta: "Una de mis pocas premisas de escritura es evitar los moldes, la fórmula. Me defrauda que los libros de un autor se parezcan demasiado entre sí. Trato de alejarme todo lo posible de la experiencia previa". Mientras que la acción de la novela anterior estaba localizada en el norte de Europa, en épocas pasadas, la de la nueva transcurre en la actualidad, en un lugar indefinido donde se habla castellano y que parece hallarse en una frontera imposible entre América latina y España.
Neuman confiesa: "Los escritores tendemos a creer que nuestro ombligo es muy interesante. Pero muchas veces las vidas ajenas nos proporcionan el material más rico".