La recuperación del patrimonio
Para acercarse a los armenios, el gobierno turco restauró una iglesia del siglo X
VAN, Turquía
No es fácil. Una y otra vez prenden las velas para pedir deseos, y una y otra vez las apaga el viento. Sólo arden las que fueron colocadas en grupo, como si estuvieran destinadas a enseñarnos que estar juntos es mejor. Ése parece ser el mensaje del encuentro que tuvo lugar días atrás en la frontera turca con Irán, cerca del monte Ararat, donde, según la Biblia, quedó el Arca de Noé tras el diluvio universal. En esta región tuvo su apogeo uno de los primeros reinos de Armenia, Urartu, entre los siglos IX y VIII a. C.
Cientos de armenios de todo el mundo, de religión cristiana, viajaron a fines de septiembre hasta la isla de Akdamar, donde vivió en el siglo X el rey Gagik I, para rezar en la iglesia de la Santa Cruz, recientemente restaurada por el gobierno turco. Fue la primera misa realizada allí en 95 años, desde que se abrió una herida que aún permanece abierta.
"Genocidio" es una palabra tabú en Turquía, ya que los armenios reclaman que el Estado reconozca la matanza de un millón y medio de personas entre 1915 y 1917; los turcos sostienen que el Imperio Otomano impulsó una migración forzada, que costó la vida de unas 200.000 personas, debido a que los armenios apoyaron a los rusos durante la Primera Guerra Mundial. Actualmente viven en Turquía unos 70.000 armenios, mientras que en la Argentina llegan a 130.000.
Pese a que Turquía y Armenia no tienen relaciones diplomáticas, hubo cierto acercamiento en los últimos años. Una señal es la restauración de esta iglesia para que funcione como museo, y que el gobierno haya aceptado que se celebren allí ceremonias religiosas una vez por año. Algunos lo interpretan como propaganda política, cuando falta un año para las elecciones, y otros como un gesto de buena voluntad.
A este último grupo adhiere el arzobispo Aram Atesyan, que presidió la misa en Akdamar como representante del patriarca armenio de Estambul, enfermo desde hace años. "Estamos muy conformes con el gobierno actual. Hemos empezado a amarlo -aseguró a adn -. Porque han comenzado a devolvernos las propiedades que nos habían quitado: hogares, negocios, tierras. Antes de 1914 teníamos 2200 iglesias, ahora tenemos 45. Pero el gobierno respeta nuestra religión. Nos dice: ´"Es su derecho. Esto les fue quitado y se los vamos a dar´."
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