Las lecciones de García Márquez
A partir de mañana, La Nación publicará una serie de artículos de Gabriel García Márquez, en los que el premio Nobel de Literatura 1982 reflexiona sobre los dos oficios que más le han apasionado en la vida: el de escritor y el de periodista.
Los textos seleccionados tienen la particularidad de haber sido escritos como respuesta a preguntas concretas que lectores de todo el mundo le hicieron a García Márquez sobre su obra, sus hábitos de trabajo, el proceso creativo y su idea de lo que realmente entiende por realismo mágico, entre otros temas.
Cada uno de estos artículos, cuyos derechos para la Argentina fueron adquiridos por La Nación , es una pieza formidable en la que el autor de "Cien años de soledad" seduce con ideas originales, observaciones ingeniosas sobre las dificultades y los goces de su oficio y su reconocido talento para contagiarles sentimientos a los lectores.
Secretos bien guardados
"El cuento es una flecha en el centro del blanco y la novela es cazar conejos", contesta, epigramático, a un admirador que le envía un e-mail desde San Juan de Puerto Rico para que señale a grandes rasgos la diferencia entre los géneros.
En otro de los artículos explica por qué él, un hombre de letras sin ningún talento especial para tocar un instrumento, consideró siempre en un mismo nivel la literatura y la música. "Un relato literario -escribe- es un instrumento hipnótico, como la música, y cualquier tropiezo del ritmo puede malograr el hechizo."
Ante otra pregunta, reconoce, con franqueza, que a menudo prefiere ignorar ciertos secretos propios de su oficio: "A los escritores intuitivos no nos conviene explorar demasiado estos misterios técnicos, pues en este oficio de ciegos no hay nada más peligroso que perder la inocencia".
El valor del reportaje
Sobre sus comienzos en el periodismo, dice que uno de los problemas que tuvo que resolver fue determinar cuál era la herramienta que más le convenía para narrar.
Y decidió que era el reportaje. "Puede ser igual a un cuento o una novela, con la única diferencia -sagrada e inviolable- de que la novela y el cuento admiten la fantasía sin límites, pero el reportaje tiene que ser verdad hasta la última coma. Aunque nadie lo sepa ni lo crea."
Esta es la clase de lecciones que contienen los artículos que empezarán a publicarse mañana.
Es una feliz coincidencia que, hace exactamente una semana, La Nación haya anunciado que dictará un máster de periodismo junto con la Universidad Torcuato Di Tella para formar profesionales más modernos, rigurosos y comprometidos con la excelencia informativa.
La serie de textos de García Márquez es, en este sentido, una suerte de primera clase compartida con todos los lectores del diario.