La familia en la escuela. Los padres volvieron a las aulas
Unos 170.000 adultos acompañaron a sus hijos para dialogar con los maestros y directores
"Si estoy atenta a las necesidades de mi hija, ella mejora enseguida su rendimiento escolar", afirmó ayer Verónica Dicostanzo, madre de una alumna de tercer grado de la escuela primaria N° 15 República Oriental del Uruguay, de Flores.
"Vine a dialogar con otros padres para enterarme de cómo hacen ellos para poner límites a sus hijos y que no se pasen el día mirando TV o chateando por e-mail", comentó otra madre, Elena Madariaga.
Estos son dos de los 280 padres que se acercaron ayer a este instituto de Flores para dialogar con los docentes y conocer los trabajos y resultados alcanzados por sus hijos durante este año. Tampoco faltaron otros familiares directos, como tíos y abuelos.
La experiencia se repitió en casi todos los colegios primarios de la ciudad, como parte de la Segunda Jornada de Padres con la Escuela, una iniciativa que lanzó la Secretaría de Educación porteña a principios de este año. Según el titular del área, Daniel Filmus, respondieron a la convocatoria unos 170.000 padres (120.000 en las escuelas estatales y 50.000 en las privadas), cifra que representa el 60% de los convocados.
"La respuesta fue positiva, similar a la que recibimos en abril durante el primer encuentro", dijo el funcionario. "Lo más interesante fue la valorización que hicieron los padres al sentirse escuchados por la escuela y notar que tienen influencia en el proyecto educativo", agregó.
Valoran el empeño
En abril último, el 65% de los padres acompañó a sus hijos y un 90% calificó como una buena idea la convocatoria para conversar sobre los objetivos educativos, según un estudio realizado por la encuestadora Mori.
Ayer, en la escuela República del Uruguay, los padres se mostraron doblemente satisfechos. Primero, por haber sido convocados, lo cual los jerarquizó. Y, segundo, porque la gran mayoría valoró el esfuerzo que pone el instituto en crecer con escasos recursos pero con mucho trabajo.
"Los maestros son responsables y se dedican con mucho empeño", comentó Norma Argañaraz, madre de una alumna de segundo grado.
El sol iluminó el patio central de la escuela y colaboró con el clima de alegría que se vivió ayer por la mañana. Docentes de distintas disciplinas explicaron sus proyectos y los alumnos expusieron en todas las aulas sus trabajos y experimentos. Los proyectos más aplaudidos fueron: Problemas y Soluciones, un programa por el cual tres madres refuerzan los conceptos de matemática de los alumnos en horario extraescolar; el club de ciencia y los talleres de ajedrez porque estimulan habilidades intelectuales que consideran útiles para otras materias.
Pero, por lejos, el que cosechó más aplausos fue el plan "La escuela hace TV", por el cual los alumnos de 6° grado A resultaron ganadores con la historia que escribieron ("Sombras, ¿sólo sombras?"). El trabajo ya fue convertido en guión y se proyectará el 8 de diciembre por todos los canales de televisión abierta.
Pero no todo fue aplausos. Con respecto al rol de los padres, la bibliotecaria Adriana Mattenent tuvo una postura crítica.
"Desde 1996 estamos fomentando un plan de lectura en los chicos, pero si los padres no nos acompañan leyendo en la casa no podemos avanzar. Y la verdad es que ni los padres ni los chicos leen", comentó.
La directora del instituto, Lilia Micucci, consideró deseable acrecentar la relación con los padres del turno tarde, a los que definió como personas humildes con menor preparación. "No les pedimos que ayuden en la tarea de sus hijos, pero sí que tengan una presencia más fluida en la escuela, que apaguen el televisor en las casas", precisó.
Sugerencias
Esta advertencia, precisamente, fue repetida por Filmus. En diálogo con LA NACION, el secretario enumeró algunas recomendaciones para padres: debatir el uso de la TV y la computadora en la casa; incentivar en los chicos el hábito por realizar la tarea en un mismo sitio; fomentar la puntualidad de sus hijos; no desautorizar a los docentes si no comprenden las correcciones o notificaciones; llevar a sus hijos al teatro o al cine una vez al mes, y pedirles que los acompañen a realizar las compras, para que comiencen a vincularse con el dinero.
Filmus advirtió que en los últimos años los docentes notan que la familia se está alejando del colegio. "Muchos consideran a la escuela como una guardería donde dejar sus hijos cuando van a trabajar. Presionados por demandas laborales no tienen tiempo para seguir de cerca el proceso educativo de sus hijos, algo vital", dijo el funcionario.
"Sin la escuela no se puede, pero la escuela sola no puede tampoco", concluyó.
Alegría y frustración de los chicos
- Los chicos de la escuela República de Uruguay mostraron alegría al ver a sus padres en el colegio. Talleres de títeres, experimentos de ciencia y afiches en contra de la guerra tapizaron las paredes de azulejos y los pupitres dispersos en los pasillos. "Me gusta que mis padres conozcan lo que hacemos acá", dijo Ana Dvorkin, de 6° grado, con timidez. Algunos mostraron cierta desilusión. Irina Socolovsky, por ejemplo, porque su mamá debía trabajar y no pudo ir. "Otra vez", dijo. El que estuvo casi en total desacuerdo con la jornada fue Facundo (no quiso dar su apellido). Furioso, señaló: "Esto de que vengan políticos como Ibarra me saca".
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