Marie Thérèse Blondeau: “La Peste ayuda a estar alerta contra el mal”
La especialista francesa reivindica la actualidad de Albert Camus y de su novela más célebre, que cumple 70 años; “nunca legitimó la violencia”
Sobre Albert Camus y su obra ya se ha dicho mucho. Pero no todo. La francesa Marie Thérèse Blondeau, vicepresidenta de la Sociedad de Estudios Camusianos y una de las personas que más conocen a ese periodista, escritor y dramaturgo argelino considerado entre los más grandes intelectuales del siglo XX, afirma que no obstante se lo quiera meter dentro de alguna clasificación filosófica, Camus no es un filósofo, sino un artista. Y que, si bien se vincula más a Camus con su primera novela, El extranjero, la obra que le dio mayor celebridad es La peste, sobre la que Blondeau dará hoy en la Alianza Francesa una charla organizada en Buenos Aires por la Sociedad Latinoamericana de Estudios Camusianos.
–¿Es La Peste o El extranjero la obra que le dio mayor fama a Camus?
–Publicó El extranjero durante la segunda guerra y fue la obra que lo dio a conocer, pero restringidamente mientras que La Peste, de 1947, mereció el Premio de la crítica al mes de su publicación y, a los tres meses, había vendido cien mil ejemplares. Es decir, a pesar de que la obra que le dio celebridad fue La Peste sigue siendo El extranjero con la cual más se lo identifica.
–A 70 años de publicada, ¿La peste sigue vigente?
–Sí. Es una obra que atraviesa el tiempo y tiene tres niveles de significación: la guerra y la ocupación nazi en Francia; un aspecto médico, es decir, la lucha contra una peste, y el mal en general. Esto es de una vigencia permanente; la referencia al mal en el mundo, en la sociedad y, en un sentido amplio, podríamos decir, metafísico.
–Su charla se titula “Bajo el sol de la peste. De Sísifo a Prometeo”. Si Sísifo es el hombre esclavo de la rutina y Prometeo, el que se rebela a ella, ¿hay un trayecto de una a otra postura?
–Sísifo y Prometo aparecen como dos fases de la misma persona, el anverso y el reverso de una medalla.
-¿Cómo es eso?
-Los hombres son rutinarios y viven eternamente cargando la roca (Sísifo). Cuando aparece la peste surgen en esa sociedad personas que van a hacer lo que hace Prometeo, es decir, ayudar a los demás. De una rebelión individual se pasa a una rebelión colectiva, prometeica, que tiende a ayudar a los hombres.
–¿La solidaridad?
–Sí. Hay un cuento de Camus, Jonas, que se trata de un pintor que al final hace un cuadro blanco con una palabra que no se distingue bien si dice solitario o solidario.
–¿Ésta es una clave sobre la vigencia de Camus hoy?
–Seguramente. Hombres que tomen conciencia de su poder, de su capacidad para intervenir en caso de una situación de este tipo: guerra, peste o cualquier hecho que ponga al hombre en peligro. Esta transformación de los hombres o esta visión volverá a repetirse eternamente, así como Sísifo vuelve a repetir el cargar con la roca.
–¿Qué es lo que se va a repetir?
–La lucha contra la peste, la lucha contra el mal. La novela [La peste] ayuda a estar alerta, a prepararse para una situación semejante en caso de que se repita.
–¿Estas actitudes o posturas logran vencer el mal?
–Momentáneamente, pero no en forma definitiva. Hay que volver a Sísifo porque él estaba dispuesto a tomar la roca y recomenzar.
–¿Por qué se dice que La Peste y no Calígula es "la" metáfora del mal?
–Calígula no representa el mal metafísico. El suyo es un mal humano; es él quien ha decidido tratar a los hombres de manera arbitraria mientras que en La peste se ve la representación del mal metafísico a través, por ejemplo, de la muerte de un niño que es inocente y que hace trastabillar al padre Paneloux que estaba tan seguro, pero que al final muere como si hubiera perdido esa fe.
–Según Camus, el artista está al servicio de la verdad y la libertad. ¿Cuál es ese servicio a la libertad?
–En el discurso en Suecia, cuando recibió el Premio Nobel, dijo que el artista debe meterse en el barco de su tiempo y remar con los demás aunque tenga que aguantar el olor del pescado. Camus ha reflexionado mucho sobre la libertad y en particular en Calígula donde el protagonista al final dice: “Mi libertad no era la buena”.
–¿Cómo definiría la libertad que buscaba Camus?
–La libertad que buscaba Camus es a partir de la comprensión. Es una libertad que toma en cuenta a los demás y para ser ejercida requiere la comprensión. Por ejemplo en La Peste un personaje llamado Tarrou luchó contra las pestes de su tiempo y al final se dio cuenta de que él era un apestado como los demás. Luchaba contra las tiranías y gobiernos totalitarios formando parte de agrupaciones y se dio cuenta de que él llegaba a ser igual que aquellos contra los que luchaba.
En La Peste un personaje llamado Tarrou luchó contra las pestes de su tiempo y al final se dio cuenta de que él era un apestado como los demás.
–Camus buscaba la verdad y llamar a las cosas por su nombre.
–Sí, pero iba buscando la verdad de a poco, partiendo de lo real, y la iba expresando en la medida que la encontraba, y se esforzaba siguiendo adelante en su búsqueda; no partía a priori de una Verdad absoluta, abstracta, sacando de allí deducciones y aplicaciones. Del mismo modo aspiraba a la justicia, pero de manera concreta, en cada caso. Camus veía que tanto la Verdad como la Justicia pensadas “con mayúscula”, al ser impuestas desde arriba, llevan a los totalitarismos.
–¿Qué diría Camus hoy del conflicto con el mundo árabe?
–Es difícil de responder porque él estuvo enfrentado a ese problema al final de su vida, cuando se dio la guerra de Argelia por su independencia respecto de Francia, y decidió callarse. Cuando él hablaba todos se volvían en contra de él suyo y entonces prefirió guardar silencio.
–Aun si eligiera el silencio, ¿cuál cree que sería su postura íntima ante ese conflicto o frente a posiciones de violencia radicalizada?
–Camus nunca legitimó la violencia. Siempre se levantó contra todo totalitarismo, fuera de derecha o de izquierda. Podríamos suponer que habría elevado su voz contra un cierto totalitarismo religioso aparecido en nuestra época. ¡Pero siempre es delicado hacer hablar a los muertos!
Para agendar
“Bajo el sol de la peste. De Sísifo a Prometeo”, hoy a las 19, en la Alianza Francesa (Av. Córdoba 946).