Nostalgia
Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética puso en órbita el primer satélite artificial de la historia. Lo bautizaron Sputnik 1. Sputnik significa, en ruso, “compañero de viaje” o, para seguir la etimología latina, “satélite”. Satelles en latín significaba soldado de guardia, escolta, séquito o compañero, en general asociado a la milicia. Así que los soviéticos, a falta de algo mejor, al primer satélite artificial de la humanidad lo bautizaron Satélite 1. Rebalsaban creatividad los muchachos.
El Sputnik 1 fue puesto en órbita por un lanzador diseñado con fines militares, que se convertiría en el primer misil balístico intercontinental operativo, el R-7. En resumidas cuentas, lo que menos le preocupaba al gobierno estadounidense era el satélite. El misil era la amenaza. Originó, así, la NASA y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa, Darpa en inglés (en otros momentos llamada ARPA, sin la D), uno de cuyos experimentos fue Arpanet, la antecesora de internet. Seis décadas después, y tal vez sin darse cuenta de lo que esto evidencia, Rusia sigue usando el nombre Sputnik. No solo para su vacuna contra el Covid, sino también para la agencia oficial de noticias y para el buscador web (hoy, todo indica, discontinuado) de la empresa de telecomunicaciones estatal Rostelecom.