Notable reflexión crítica
Nuestra circunstancia histórica abre amplio campo a la polémica y el choque de ideas. Por ambas pasiones se deja llevar el autor de este libro, confundiéndose con sus personajes y desdoblándose en ellos, en una deliberada ambigüedad, signada por los interrogantes y las dudas. En esta introspección a la que se libra Garzón Valdés, tras un juego de ficción meramente formal, está el anzuelo que atrapa al lector desde el principio hasta el fin de este ensayo cuyo subtítulo, "Apuntes sobre una vida argentina y su realidad política", resume una búsqueda, plenamente exitosa en sus resultados.
Ernesto Garzón Valdés cuenta la biografía de Félix Ahumada, su presumible alter ego. La existencia de este personaje, de origen cordobés, se liga estrechamente en el relato con los hechos que fueron configurando nuestro problemático presente. Lucidez para avizorar y no menor clarividencia para valorar son virtudes cardinales en Ahumada. Nada falta en su registro de los sucesos decisivos. La devoción por el país no le impide, en momento alguno, la censura de errores y desviaciones causantes de las crisis político-sociales que periódicamente comprometen nuestra estabilidad institucional.
Ahumada no se contenta con pasear la mirada y dictaminar. Recuerda, además, la propia intervención en hechos de trascendencia pública, en su condición de funcionario de alto nivel. La crónica de sus actividades en el plano oficial se enriquece, por otra parte, con la semblanza de dirigentes y políticos a quienes Ahumada trató asiduamente. Esto acrecienta el interés del relato en sí y la solidez de su base testimonial, si la identificación de Ahumada con el propio autor es correcta.
Con la misma preocupación por la Argentina de hoy, Garzón Valdés echa mano, en la segunda parte del libro, a otro registro: el ensayo político-filosófico. El inesperado cambio de género supone también un giro en cuanto al tono y la actitud. Pasamos de la relación de los acontecimientos a su examen crítico, apuntalado por la erudición del autor, quien maneja depuradas fuentes.
Crónica primero, ejercicio de análisis después, El velo de la ilusión alcanza una unidad profunda en la profesión de ideas comunes en los dos momentos de su desarrollo.
La interpretación bien ceñida de nuestra historia incita al lector a una especie de ardoroso diálogo imaginario con el autor. Al decirlo, estamos sacando a relucir quizá su mayor atractivo.
La preocupación argentina, en el marco de acendradas convicciones liberales, vibrante en las entrelíneas de El velo de la ilusión , tiene algo de genético en el autor, oriundo de la provincia mediterránea, que fue cuna de nuestra cultura y con la cual lo vincula la añeja sangre de la tradición familiar.
Diplomático, profesor universitario en el país y en Alemania y ganador de premios consagratorios, Ernesto Garzón Valdés nos deja este trabajo como fruto de su fervor ciudadano, probado en su valiente lucha contra los sistemas dictatoriales y arbitrarios padecidos por nuestro país.