Nuevas especies artísticas se sumarán desde hoy al paisaje del Impenetrable chaqueño
RESISTENCIA.- Al canto de los pájaros y los sonidos de las numerosas especies de animales protegidas en el parque nacional se sumarán desde hoy ruidos de soldadoras, martillos y murmullos humanos. Es que hasta el próximo sábado el "plantel" de escultores que participaron delConcurso Internacional Bienal 2018 en esta ciudad trabajarán en los umbrales del monte chaqueño sobre mármol travertino, acero inoxidable o madera para dejar un suvenir artístico a las puertas del Impenetrable.
Inspirados en el título del encuentro de escultores, "Fuerza natural", cada uno hará una obra de menos de un metro y medio que luego se emplazará en espacios públicos de Castelli, ciudad cabecera de las 128.000 hectáreas que ocupa el Impenetrable, con cerca de un 60% de población toba.
Entre los artistas que llegaron ayer a esa ciudad están los premiados de la bienal, que cerró anteayer, y ganadores de las ediciones anteriores. La última premiación fue el sábado por la noche, después de nueve días de trabajo duro a cielo abierto, con cambios intempestivos de temperatura. Correspondió el gran premio de honor de este año al alemán Tobel, por su obra Sonido del universo, una placa marmórea con una perforación, en la que lo visual y lo sonoro se reúnen para representar la energía que cruza al tiempo (en una versión más pequeña de esta misma obra sobre el origen del mundo trabajará durante estos días). El segundo premio fue para el polaco Piotr Twardowski, con una pieza cósmica titulada PT-18, y el tercero, para el boliviano León Saavedra Geuer, por Vuelo, una pieza metálica liviana y con movimiento.
Como la bienal, que finalizó anteayer, el encuentro en el Impenetrable es motorizado por la Fundación Urunday y el gobierno provincial, en articulación para esta ocasión con la Fundación Amigos del Arte y Turismo y la municipalidad de Castelli. De alguna forma, también se hace eco de la consigna "Identidad en movimiento".
"Uno siempre busca su identidad. Hace 30 años, cuando comenzamos con los concursos, la identidad de la ciudad de Resistencia y de la provincia de Chaco era el algodón. Ahora, en la Argentina y en muchos lugares del mundo, son sinónimo de escultura", dijo a LA NACION María Stella "Mimo" Eidman, directora de la bienal y socia fundadora, en 1989, de la Fundación Urunday.
El grupo de "campeones de la bienal" que desde hoy trabaja en el Impenetrable se completa con Qian Sihua, de China; Fernando Pinto, de Colombia; Thierry Ferreira, de Francia, y el argentino Raúl "Pájaro" Gómez. A ellos se sumaron para esta experiencia en el monte Ramón Morales Rossi, de Venezuela, y un representante local, Juan M. Juárez, de la localidad de Charata. Él hará una talla en palo santo, titulada Abuela Felipa, que representa a las mujeres hoy ya ancianas de la comunidad mocoví. "Si hablamos de fuerzas naturales, no hay mayor fuerza que el amor de una madre o abuela por sus hijos y nietos", explicó.
No bien llegaron ayer a Castelli, los artistas visitaron la reserva natural El Malá y participaron de un acto simbólico de preservación del medio ambiente: cada uno plantó un árbol a orillas del lago.
Del monte, el río y la arena
La bienal en Resistencia también tuvo un momento dedicado al cuidado de la naturaleza. Fue al día siguiente de la apertura, el domingo 15, sobre el río Negro, que rodea el Museum, como llaman aquí al Parque 2 de Febrero, que este año fue ampliado y remozado para la ocasión. Miembros de la Fundación Ambiente Total (FunAT), encabezada por Jorge Castillo, un vecino comprometido con el saneamiento y la conservación del río, llegaron hasta el lugar en embarcaciones. En una breve ceremonia, Castillo puso en manos de Fabriciano Gómez, escultor y presidente de la Fundación Urunday, una "botella de náufrago" que contenía un petitorio para el gobernador Domingo Peppo.
El mensaje propone un acuerdo entre el gobierno y la sociedad civil en beneficio del río. "Creo que estamos a tiempo de salvarlo y que no le suceda como al Riachuelo", dijo Gómez.
Las aguas del río Negro fueron también intervenidas con un grupo de obras de arte efímero. Las escultoras Norma Siguelboim y María Guallar instalaron sobre balsas ancladas tres estrellas construidas con cañas pintadas y dos en la orilla. Siguelboim fue por primera vez a Resistencia en 1989 para observar en el concurso a su profesor, el Pájaro Gómez, quien desde entonces es un habitué de la bienal. Fue el ganador de la primera edición que se hizo a nivel internacional, en 1998, y en la edición que cerró anteayer obtuvo la mayor cantidad de reconocimientos. Construida en hierro, Espíritu del viento obtuvo tres de los siete premios especiales, que se entregan aparte de los del gran premio de honor, y fue el preferido del público: el más votado por niños y adultos.
Las seis figuras de animales hechas con 50 toneladas de arena por Alejandro Arce tampoco pasaron inadvertidas. Un tatú mulita, una yarará, una rana, un mono, un águila copetuda y un gato montés., algunos alcanzaban los 2,30 metros de altura, son especies en peligro de extinción y de las que son protegidas en el Impenetrable. En el mismo lugar donde los vecinos y turistas podrán ver hasta el sábado cómo nace y crece una escultura.