Pagan por dos textos de Borges US$ 50.400
PARIS.– A pesar de las dudas sobre su autenticidad, dos manuscritos atribuidos al escritor argentino Jorge Luis Borges fueron vendidos ayer por el doble del precio estimado, durante una subasta en la casa de remates parisiense Hotel Drouot.
Un coleccionista francés pagó cerca de 42.000 dólares por un ensayo de puño y letra, de tres páginas, con firma al pie, supuestamente escrito por el autor de “El Aleph” entre los años 1930 y 1935.
El manuscrito tiene el título “La biblioteca de Robinsón” (palabra acentuada por el autor) y había sido pensado para una revista cultural que jamás vio la luz. Inicialmente se había estimado un precio que oscilaba entre los 21.000 y los 26.000 dólares.
El segundo documento –una crítica dictada en 1935 a su madre, Leonor Acevedo de Borges, que lleva el título “Vindicación del cine hablado”–, fue adquirido en 8400 dólares por otro coleccionista anónimo cuya nacionalidad tampoco se dio a conocer. De cuatro páginas, también autografiado al pie, fue redactado, se asegura, para una frustrada revista, y la cifra inicial se estimaba entre los 5800 y los 6500 dólares.
La diferencia de precio entre ambos documentos se explica por la rareza del primero, por cuanto se sabe que, a raíz de una ceguera que comenzó a manifestar sus síntomas en 1938, Borges se vio obligado desde entonces a dictar la mayor parte de su obra.
Los dos textos fueron escritos en similar papel absorbente, de color azul y sin marca de fábrica distintiva, lo que dificulta el rastreo histórico de su procedencia.
Los expertos estiman que la letra diminuta y prolija del primer manuscrito es similar a la de Borges, pero consideran “totalmente fuera de carácter” la existencia de serias faltas ortográficas y la pobreza general de estilo.
Esto no impidió que, tal como había pronosticado a LA NACION su tasador, Alain Nicolas, los dos manuscritos alcanzaran ayer el valor más alto de la subasta, que compartieron con otros 271 documentos inéditos, entre los que se encontraban cartas, libros y autógrafos de Chateaubriand, Napoleón, Mussolini y la familia Romanoff.
Nicolas es curador de la firma Beausant Lefèbre, contratada para hacer la transacción, y en todo momento evitó dar detalles de la procedencia de estos documentos: “Es un coleccionista privado argentino a quien Borges le dio personalmente los manuscritos, mucho después de haberlos escrito”, se limitó a explicar.