Por tercer año consecutivo cae en el primer semestre la producción de libros
Un nuevo informe elaborado por la Cámara Argentina del Libro (CAL) confirma que durante el primer semestre de 2018 se registró otra caída en la producción de ejemplares y en la publicación de novedades. Por tercer año consecutivo, las cifras arrojan un saldo negativo. La cantidad de nuevos títulos publicados en el primer semestre del año pasado había sido de 14.100; este año, el número es de 13.957. Pero si se comparan la cantidad de ejemplares publicados en el primer semestre de 2017 y la del mismo período de 2018, la diferencia es más notable: 25 millones de ejemplares versus poco más de 22 millones. Esos tres millones de menos hacen retroceder al país en el índice de libros per cápita de los países de América Latina.
La CAL obtiene los datos del registro de novedades editoriales que las empresas realizan en la Agencia Argentina de Registro de ISBN. Si bien esas empresas son en su mayoría editoriales comerciales, cabe recordar que instituciones públicas y privadas (como museos, ministerios o empresas), entidades sin fines de lucro y organismos públicos editan obras sin intervención de terceros. Hasta junio, el Sector Editorial Comercial (SEC) produjo siete millones de libros.
Incluso los autores, bajo la creciente forma de la autoedición, publican sus libros. Según el tipo de editor, el 31% de los ejemplares publicados en el primer semestre de este año corresponde a esa categoría. El 62% pertenece al SEC. De los casi catorce mil nuevos títulos, la autoedición se queda con un 14% y el sector comercial, con un 31% del total. Las tiradas de los libros autoeditados pocas veces superan los 500 ejemplares; de hecho, la tirada habitual es de cien ejemplares. Esto explica en parte que la cantidad de ejemplares haya caído tanto en 2018 (recordemos: tres millones menos de ejemplares), aunque las nuevas publicaciones arrojen un número similar al del primer semestre de 2017. La caída en la producción se termina de comprender porque, desde 2016, las tiradas de las editoriales del sector comercial disminuyen. De cinco mil a tres mil, de tres mil a dos mil, e incluso, en 2018, hubo tiradas de mil ejemplares de un nuevo título. Las apuestas editoriales se contraen.
El peor mes de 2018 fue abril, según el informe de la CAL, abril, cuando se inauguró la 44° edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Cabe recordar que en ese mes se anunciaron aumentos en el precio del papel que fueron del 5 al 8%. En una comparación intermensual e interanual, abril fue el mes en que se registraron menos libros hechos en la Argentina. Los aumentos del precio del dólar en el curso del año profundizaron la crisis editorial.
También se revela que en la concentración del SEC la proporción de novedades publicadas por editoriales chicas y medianas (más conocidas como independientes) aumentó respecto de 2017. El primer semestre del año pasado representaba un 71% del total, mientras que este año subió al 76%. No obstante, esos índices se dan en un año de caída de la producción. Por los costos del papel y la distribución, varias editoriales independientes confirmaron que habían reducido las tiradas y la cantidad de novedades para 2018. Otras más pequeñas directamente dejaron de producir en 2018, a la espera de tiempos mejores. Respecto de la cantidad de ejemplares, el porcentaje subió del 55% en el primer semestres de 2017 al 62%. Las cifras de los cinco grandes grupos considerados por la CAL fueron a la baja respecto de 2017.
"En relación con las novedades hay una leve caída respecto de 2017, pero no podemos decir que será así todo el año. En julio y agosto, vimos que repuntó –dice Diana Segovia, gerenta institucional de la CAL–. La primera tirada de los nuevos títulos sigue cayendo. En temas de producción no hay mayores cambios y, como no tenemos encuestas de ventas, no podemos brindar cifras, pero sabemos por comentarios de libreros que la ventas se mantienen bastante bajas".
Respecto de las temáticas de los libros publicados, la literatura, las ciencias sociales y la literatura infantil y juvenil encabezan la lista de preferencias de los editores argentinos. En cuanto a los soportes elegidos, el 83% del total de los libros registrados son en papel y el 17%, digitales. De este último porcentaje, la mitad son versiones digitales de libros en papel y la otra mitad, libros "nativos digitales". Esta última proporción se achica cuando se analizan los números del SEC. Un 79% son libros en papel y un 21%, digitales. De ese 21%, solo el 8% de los libros publicados por editoriales son "nativos digitales". El libro electrónico aún va a la zaga del libro en papel.