Presencia argentina en Alemania
Diecinueve artistas plásticos de reconocidos méritos expondrán sus obras a partir de abril en la Universidad de Fulda
Un grupo de diecinueve artistas argentinos expondrá durante tres meses en la Kunststation Kleinsassen, un pequeño lugar campestre de Alemania dedicado al arte donde, todos los agostos, entre otras actividades culturales, se realiza una feria de artesanos. El Vokshochschule, una entidad de nivel terciario del distrito de Fulda, patrocinará la exposición. Allí se desarrolla de manera permanente un amplio programa nacional e internacional en el campo de las artes visuales y de la música. En cumplimiento de ese plan se realizan regularmente seminarios, talleres abiertos y se dan becas para los residentes que en muchos casos provienen de otros países. Cuenta también con tres salas para las exhibiciones. Estas se pueden subdividir mediante paneles corredizos que adecuan sus dimensiones a los espacios necesarios para cada exposición. Tiene, además, una trastienda con venta al público de pinturas, dibujos, grabados y fotografías y un parque de esculturas realizadas por los invitados.
Conviene agregar que la Kunststation Kleinsassen depende de la Universidad Popular de Fulda, una pequeña ciudad a orillas del río homónimo, célebre por su abadía benedictina y por una biblioteca que se diseminó con la Guerra de los Treinta Años.
Los artistas, de reconocida actuación en la Argentina, constituyen un grupo heterogéneo tanto porque practican técnicas diversas como por el estilo personal de sus realizaciones y la persistencia encomiable con la que vienen forjando la visión del mundo que los determina. Sus envíos, cinco en cada caso, constituirán un repertorio que se caracterizará por la diversidad de criterios que pondrá en evidencia. El espectro de su acción despliega un abanico que conviene conocer para adentrarse en nuestras manifestaciones contemporáneas. Desde luego, se trata de una reducción que no pretende agotar las instancias del arte argentino. Es, en todo caso, una selección decidida por la calidad de sus obras y de la carrera que quienes las realizaron vienen desarrollando. Su aval reside en su propia envergadura estética.
Como se ve, el panorama no es, ni intenta ser, exhaustivo. Estará integrado con trabajos que provienen de artistas vivientes en actividad, de diversas extracciones generacionales. En consecuencia, lo acota temporalmente una importante porción de lo que sucedió en nuestro medio en las cinco últimas décadas. Por lo demás, no se dedicará a determinadas tendencias. En el desarrollo individual de quienes lo componen y en los puntos de consenso que merece su veteranía parece centrarse el justificativo mayor de la elección.
Como sucede habitualmente, la sección de pintura será la más numerosa. Participarán en ella Gabriela Aberastury, Alicia Carletti, Delia Cugat, Juan Doffo, Luis Felipe Noé y Hugo Sbernini con piezas realizadas mediante diferentes técnicas y procedimientos mixtos. Sergio Camporeale y Daniel Zelaya; en cambio, estarán representados como acuarelistas, actividad en la que ambos sobresalen por su virtuosismo.
Los escultores serán Mariano Cornejo, Nora Correas, Bastón Díaz, Gloria Priotti e Inés Vega.
Alfredo Benavídez Bedoya, Alicia Díaz Rinaldi, Leonardo Gotleyb y Lucrecia Orloff representarán el grabado y Jorge Alvaro y Ana Eckell, el dibujo. Aberastury y Díaz Rinaldi, de destacada acción en nuestro medio, sobre todo como grabadoras, desde hace cuatro años vienen desarrollando en Kleinsassen una actividad docente centrada en la enseñanza de nuevas técnicas de su especialidad. Por esa causa serán las responsables, junto con el organismo alemán, de la organización y la curaduría de la exposición. De todos modos, la primera de ellas participará como pintora, puesto que también practicó esa profesión, de la que hizo un destacado ejercicio. La institución publicará un catálogo-libro, a cargo del crítico alemán especialista en arte latinoamericano Michael Nungesser, y se hará cargo del seguro y el envío de las obras, así como del alojamiento de las artistas organizadoras y del escultor Mariano Cornejo, quien realizará allá una trabajo al aire libre. Esa pieza integrará el parque de esculturas de la institución.
Cornejo es un dúctil artista salteño, que merodea los cuarenta años de edad. Trabaja habitualmente con pinturas, maderas y metales. Recordamos especialmente el tenor crítico, a medio camino entre la admonición y la ironía, de la exposición en Buenos Aires donde representó con alambres una fila de hormigas negras trepando por las paredes con cargas celestes y blancas. En esta oportunidad, realizará un trabajo de madera que a la figura de un animal.
Si hubiese que buscar un elemento conector entre los artistas, éste radicaría en que todos presentarán piezas cuyo nivel de validez está cimentado por su experiencia en prácticas cuya materialización exige sustentar y apoyar las ideas con el conocimiento del oficio.
La exposición se inaugurará el 28 de abril.