Priorizarán con más fondos las carreras de Agronomía
En la Argentina, donde el 51% de las exportaciones corresponde al sector agropecuario, faltan ingenieros agrónomos. Muchos de los que se están formando, además, lo hacen sin equipamiento ni actualización, con poca formación práctica, abandonan en los primeros años o demoran mucho en recibirse.
Para reducir la brecha entre las necesidades productivas y la enseñanza que dan las universidades, el Ministerio de Educación financiará proyectos de mejora en 21 carreras de Agronomía de universidades públicas de todo el país. El Programa de Mejoramiento de la Enseñanza en Agronomía (Promagro) destinará $ 10 millones anuales durante los próximos tres años para sostener proyectos que presenten las carreras, que en diciembre pasado completaron el proceso oficial de acreditación.
"El Promagro dará apoyo a los planes de mejoramiento que las universidades se comprometieron a llevar adelante", dijo ayer el secretario de Políticas Universitarias, Alberto Dibbern, al presentar el programa que, en rigor, iba a ser lanzado a principios de este año y se demoró por falta de recursos. Ahora, se reactivó con parte de los 140 millones de pesos que el Gobierno otorgó como aumento para las universidades.
Panorama preocupante
El Promagro viene a sumarse a un plan similar, destinado a 197 carreras de Ingeniería e iniciado en noviembre pasado, que reanudó sus actividades con esta última inyección de fondos. Según dijo a LA NACION el ministro de Educación, Daniel Filmus, la idea es financiar próximamente reformas en las carreras de Veterinaria, y de Farmacia y Bioquímica, que actualmente atraviesan sus procesos de acreditación.
Las evaluaciones mostraron un panorama preocupante en las carreras de Agronomía: bajo rendimiento de los alumnos en ciencias básicas, fracaso y deserción en los primeros años, déficits de equipamiento para la enseñanza práctica, bibliotecas con material escaso o desactualizado. Así, el 72% de las carreras debe mejorar la formación de sus docentes; el 67%, la investigación; el 61%, invertir en equipamiento; el 56%, reformar el plan de estudios y otro tanto equipar bibliotecas, y el 44%, hacer un seguimiento de sus graduados.
El ministerio financiará proyectos para, por ejemplo, formar docentes jóvenes con posgrados, mejorar la formación práctica, eliminar los contenidos excesivos que incrementan la duración real de los estudios, asegurar conocimientos de inglés y de agromática y adquirir equipamiento.
Para recibir el dinero, cada universidad deberá aportar también recursos, equivalentes al menos al 20% de los que entregue el ministerio. Aunque hay montos máximos para cada proyecto, obtenerlos dependerá de la calidad de la propuesta que se haga y de que vayan concretando sus objetivos. Hasta el 31 de octubre hay tiempo de presentar propuestas.
"No alcanza sólo con mejorar las carreras universitarias. Hay que hacer un trabajo de orientación vocacional para promover que los chicos elijan las carreras de Agronomía al terminar el secundario", dijo Filmus. "La universidad tiene que acompañar el desarrollo del país", afirmó.