¿Qué estás leyendo?: 14 personalidades de la cultura recomiendan libros para pasar las horas lentas

Desde que el Poder Ejecutivo Nacional estableció la cuarentena obligatoria y preventiva por la pandemia de Covid-19, en medios de comunicación y en redes sociales ("el quinto poder"), escritores, críticos, actores e incluso funcionarios públicos comenzaron a sugerir lecturas bajo los hashtgags #QuedateEnCasa, #yomequedoencasaleyendo y todas sus conjugaciones y variantes. Aunque no sea época de vacaciones, las horas de emergencia sanitaria abren un paréntesis propicio para la lectura. Según los anuncios hechos por el Presidente, los días de calles desoladas se prorrogarán aún más con el objetivo de "aplanar la curva" de contagios de coronavirus. Leer no inmuniza, pero al menos evita la intoxicación con malas nuevas y fake news. A continuación, varias figuras de la cultura local eligen títulos para motivar al lector que anida en cada uno.
María Teresa Andruetto, escritora, Premio Hans Christian Andersen 2012
La ganadora del Nobel de la literatura infantil y juvenil pasa la cuarentena en Unquillo, provincia de Córdoba. Entre sus recomendaciones de libros leídos antes de la cuarentena figuran Un hombre con suerte, de James Brinkley. "Me gusta mucho la zona que toma, hombres negros o mulatos, casi siempre jóvenes, con la complejidad del universo masculino en nuestros tiempos". Una noche en el paraíso, de Lucia Berlin y Única luz del mundo. Poesía reunida 1988-2019, de Osvaldo Bossi, "para ver en conjunto su poesía, tan cotidiana y a la vez tan conmovedora". Andruetto divide las horas entre lecturas de trabajo, lecturas para otros y lecturas para ella misma. Mientras elige cuentos y poemas para las antologías del Plan Nacional de Lecturas, revisa las pruebas de dos libros suyos que están en producción. "Y muchos fragmentos de libros o textos breves para distintas entidades, asociaciones, bibliotecas y editoriales que están tratando de acompañar con lecturas la cuarentena". Además, lee ensayos en la Web sobre la pandemia, sobre todo análisis biopoliticos (Byung-Chul Han, Giorgio Agamben, Paul Preciado, Jorge Alemán y una relectura de "la querida Silvia Bleichmar"). En la mesa de luz, están los ensayos de Florencia Abbate sobre feminismo, poemas de César Bissio y relatos de Vasco Pratolini y Diego Muzzio.
María Moreno, escritora, directora del Museo del Libro y de la Lengua
"En principio creo que no hay que convertir el leer en un imperativo tipo aprovechar el tiempo para adquirir estatus intelectual atrasado –afirma la autora del flamante volumen de ensayos Loquibambia–. ¡Que no nos apesten el leer! Yo estoy leyendo La enfermedad y sus metáforas, de Susan Sontag, oportunísimo para luchar contra la infovirus y El imperativo de la felicidad, de Sara Ahmed, para resistir la obligación de estar al palo con la alegría que impone la new age capitalista . En ficción: Nevada, de Claire Vaye Watkins, originalísima para contar la experiencia de un lugar sin costumbrismo y sí con mucho enigma y fatalismo. De vez en cuando ojeo algunas de las crónicas de La vuelta de Don Camilo de Giovanni Guareschi, un best seller popular de antaño encantador. Recomiendo todo".
Enrique Avogadro, ministro de Cultura de la ciudad de Buenos Aires
En tiempos de pandemia, el ministro sugiere leer lo que publican las editoriales independientes argentinas. "Tienen un catálogo siempre diverso y lleno de sorpresas -agrega-. Son tiempos difíciles para la cultura, por lo que es más importante que nunca apostar a la bibliodiversidad. Yo estoy aprovechando las entregas no leídas del club de libros al que estoy suscripto (en mi caso Escape a Plutón, pero hay varios más, todos recomendables): Diario de Walden de Henry David Thoreau, editado por Barba de Abejas, y un sinfín de libros infantiles que ayudan a transitar la vida en casa".
Gabriela Cabezón Cámara, escritora, autora de Las aventuras de la China Iron
"Leería los Cuentos de Canterbury, de Geoffrey Chaucer, o El Decamerón de Giovanni Bocaccio –revela la escritora, consternada porque su computadora dejó de funcionar justo en momentos de comercios cerrados–. Porque fueron escritos en contextos de peste. Y porque son cuentos que se abren en otros cuentos que se abren en otros cuentos que se abren: una especie de narratividad infinita. Y en esta era en que hay poca imagen de futuro que no sea una forma del apocalipsis, leer textos que se abren como ramas y hojas y raíces de una selva es, me parece, como abrir una ventana: hay otras posibilidades, camaradas. Yo estoy leyendo a Cristina Rivera Garza, Había humo o neblina o no sé qué, una crónica sobre Juan Rulfo, lo que es decir sobre México lo que es decir sobre América Latina toda".
Santiago Kalinowski, lingüista y lexicógrafo, Academia Argentina de Letras
Kalinowski lee Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara, publicada en 2017. "La irrupción de una mujer europea, blanca, refinada, culta (civilizada), lesbiana, en la pampa de Fierro, conjura y tensa los hitos (y los mitos) de la construcción de la Argentina como nación –dice–. En la herida que abre esa presencia, se despliega la ambición de figurar una genealogía social, económica, cultural, económica y, como corolario inevitable, literaria del país. Es un texto para leer lentamente, para perderse reconociendo y reponiendo sus infinitas líneas de diálogo, para dejarse deslumbrar por sus insolencias formales, para escandalizarse".
Gabriela Massuh, escritora y ensayista, autora de Degüello
"No me da consuelo la lectura -señala Massuh-; sobre todo no me da consuelo la ficción. Porque estimula el abigarramiento del encierro y la toxicidad de la pandemia. Necesito del presente como el aire para respirar. Tal vez debería volver a leer a Jean Genet por eso de que 'también frente a la obra de arte es necesaria la acción. Necesito de la acción que me hable ya mismo, perentoriamente, de un policía que apresa a un chico que está jugando Pokemón en la calle a coro con los canales vociferantes y los periodistas histéricos". La escritora lee poesía en estos días extraños. "Desaforadamente releo la vertiginosa poesía de Luis Tedesco, Hablar mestizo en lírica indecisa o Aquel corazón descamisado. Y selecciono ensayos: al canasto va el coreano que escribe desde Berlín, las obviedades de Zizek y todos los que creen que el mundo va a cambiar porque aparecieron delfines en Venecia. A todos ellos les digo: lean La doctrina del shock, de Naomi Klein. Porque también en el desconsuelo hay un consuelo. El de entender".

Rubén Szuchmacher, actor, director teatral y autor de Lo incapturable
En este momento tan particular, Szuchmacher aconseja leer o releer aquellos textos que quedaron pendientes por falta de tiempo. "Estoy en la relectura de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, y ya voy por el segundo tomo, A la sombra de las muchachas en flor -cuenta-. Releer esos libros, leídos en plena adolescencia o en la primera juventud, es descubrir un mundo impensado, maravilloso. Recomiendo para quienes no tengan ganas de emprender semejante empresa que lean novelas policiales del Séptimo Círculo, como las de Vera Caspary o las de James Hadley Chase. También estoy leyendo Las nuevas caras de la derecha, de Enzo Traverso, una visión sobre los tiempos actuales que se vuelve imprescindible".
Mercedes Morán, actriz y coautora de Las diosas se desnudan
Vía WhatsApp, la protagonista de Araña y Sueño Florianópolis, entre otros films, cuenta que lee, y además recomienda, tres títulos de escritoras argentinas: "El sol mueve la sombra de las cosas quietas, cuentos breves de Alejandra Kamiya; Acá todavía, novela de Romina Paula, y Catedrales, la nueva novela de Claudia Piñeiro".
Jorge Fernández Díaz, periodista y narrador, autor de El puñal
"Estoy terminado de leer Fouché, obra maestra de Stefan Zweig-cuenta Fernández Díaz-. Trata sobre un personaje fundamental de la Revolución francesa: enemigo íntimo de Robespierre y luego intrigante ministro de Napoleón. Zweig comienza diciendo que no ha avanzado un centímetro en la investigación histórica y recomienda las biografías canónicas; a continuación narra de manera soberbia y original una historia ya escrita. Es tal vez el libro político más interesante que haya leído jamás: allí se condensan todas las piruetas del poder". Durante la cuarentena, el escritor porteño lee despacio, tomando nota y subrayando hallazgos. "Y en cada página encuentro un parangón con algún personaje argentino de la actualidad", agrega con sutileza.
Claudia Piñeiro, narradora y guionista, su novela más reciente es Catedrales
En programas de radio y redes sociales, Piñeiro prodiga recomendaciones de libros de colegas locales y extranjeros. "Sugiero leer libros que por lo que cuentan o por el modo en que lo hacen te transporten a otros sitios o momentos –señala la autora de Elena sabe–. Libros con prosa poética como Inundación de Eugenia Almeida o Detrás del limonero de Ángela Pradelli. En esa dirección estoy leyendo Tipos de agua. El Camino de Santiago, de la canadiense Anne Carson".
Flavia Pitella, periodista y ensayista, autora de 40 libros que adoro
"En este momento en el que parece que el imperativo es leer, en realidad no estoy leyendo tanto como pensaba que iba a hacer -confiesa Pitella-. Cuando enfermo o cuando me tengo que guardar en casa, suelo hacer algo medio infantil que es revisitar lecturas, series o películas. Ahora estoy leyendo nuevamente Hamlet y algunos cuentos de Borges que creo que todavía no entendí bien. En la pila de libros que me propuse está Catedrales de Claudia Piñeiro y la novela de Paula Rodríguez, Causas urgentes". Pitella, que pasa la cuarentena en Arturo Seguí, en la provincia de Buenos Aires, tiene tantos libros pendientes que no sabe por dónde empezar. "Además soy docente y eso me está llevando la mayor parte del tiempo; preparar clases online, responder correos de alumnos y participar de reuniones virtuales se ha convertido en el nuevo orden del día que no tiene nada de orden y se lleva todo el día", remarca.
Eduardo Muslip, escritor y docente, autor de Florentina y Plaza Irlanda
"En estos días leí Primera persona, crónicas de la colombiana Margarita García Robayo, y Llámenme Casandra, del cubano Marcial Gala -dice vía audio de WhatsApp a LA NACION-. También leo Doce cuentos sutiles, de Leopoldo Alas Clarín, que es un libro muy lindo. Y recomiendo la poesía de Beatriz Vignoli publicada por Bajo la Luna, Iván Rosado y Baltasara Editora; los poemas del entrerriano Fernando Callero y Humo, antología de poemas de Irene Gruss. Y todos los relatos de Jamaica Kincaid".
Daniel Molina, crítico cultural, autor de Autoayuda para snobs
"Estoy por volver a ver completa Mad Men, serie que me parece el equivalente a En busca del tiempo perdido de esta época -dice Molina, conocido en Twitter como @rayovirtual-. Me cuesta concentrarme en ficciones escritas, pero es buen momento, para el que puede concentrarse, para empezar a leer los grandes libros largos: yo comenzaría por esa joya que es La cartuja de Parma, de Stendhal. Y si tienen mucho tiempo, les recomiendo seguir por Anna Karenina y Guerra y paz, de Tolstoi".
Gonzalo Heredia, actor y autor de La construcción de la mentira
"Primero recomiendo leer En estado de memoria, de Tununa Mercado-dice el actor y escritor-. Con uno de sus relatos pude entender lo que me pasa cuando leo. Ella dice que con cada texto que lee queda como una arenilla en el fondo, algo inexplicable, que con el paso del tiempo se forma un sedimento". Y agrega: "Consigan Las tres vanguardias de Ricardo Piglia y tengan a mano las bibliografías de Juan José Saer, Manuel Puig y Rodolfo Walsh. En cada clase Piglia habla de cada uno, disuelve sus distintas literaturas y desmiembra sus novelas. El consejo es fijarse en índice los temas que va a tocar en la clase, leer esa novela y después leer lo que Piglia tiene para decirnos. Lo mismo con Teoría de la prosa: consíganse las obras completas de Juan Carlos Onetti, vean en el índice sobre qué novela o cuento va a hablar, léanlo y después lean su clase". Como a la mayoría de los acuarentenados, revela que en la primera semana le costó volver a leer. "Pero es cuestión de reconstruir el hábito. Actualmente escribo mi segunda novela y las cosas que leo son para escribir: 'La lección del maestro' y 'La muerte del león' de Henry James, cuentos de Edith Wharton y El final de la historia de Lydia Davis".
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