Suciedad y deficiencias edilicias en la Capital. Queja por un colegio en malas condiciones
Alumnos y docentes del secundario María Claudia Falcone tomaron la escuela
Una rata viva dentro de un cesto de papeles, cielos rasos derrumbados, excrementos de palomas, cables a la vista, estufas de pantalla, un contenedor repleto de basura y escombros en la puerta, y un olor nauseabundo que lo invadía todo. Este era el panorama que presentaba ayer la Escuela Municipal de Enseñanza Media N° 7 María Claudia Falcone, ubicada en Malabia 2148.
En reclamo por las malas condiciones de infraestructura e higiene del edificio, los alumnos y docentes de este establecimiento educativo de Palermo decidieron tomar la escuela. La protesta, que comenzó el lunes por la noche, todavía se prolongaba al cierre de esta edición.
"El miércoles pasado se cayó el cielo raso en una de las aulas y tuvimos que suspender las clases. Queremos que se instrumenten las medidas edilicias necesarias que nos permitan garantizar un servicio de educación digno", dijo a LA NACION Estrella Pavioni, una de las profesoras de la escuela.
Las deficiencias edilicias fueron constatadas por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires luego de que un grupo de docentes, padres y alumnos denunciara ante este organismo el mal estado edilicio y sanitario del establecimiento, al que asisten alrededor de 400 chicos.
Cielo raso caído
Según manifestaron los profesores y alumnos del colegio, el miércoles último parte del cielo raso de una de las aulas del primer piso se desprendió, dejando a la vista gran cantidad de excremento de ratas y palomas. "Esto es un enorme foco infeccioso", destacó Natasha Suárez, una de las integrantes del centro de estudiantes.
Sin embargo, las autoridades del Ministerio de Educación de la Ciudad minimizaron las deficiencias edilicias y desestimaron la protesta. "El conflicto está circunscripto a un aula. El resto de la escuela está funcionando bien", afirmó a LA NACION Beatriz López, directora de Infraestructura Edilicia del gobierno porteño.
La funcionaria señaló que el viernes último, personal de mantenimiento de la Dirección de Infraestructura se hizo presente en la escuela ante el pedido de las autoridades del establecimiento, que denunciaban la existencia de problemas en el techo de una de las aulas. Ante la constatación de que parte del cielo raso se había desprendido, se retiró por completo la estructura para que pudiera ser reemplazada.
"Como el viernes docentes y alumnos tenían dudas acerca de que ese problema pudiera manifestarse en el aula contigua, solicitaron un estructuralista que el lunes fue y verificó que no había problemas. Por la tarde, cuando fuimos a continuar con las reparaciones, ya no pudimos ingresar porque había empezado la toma", señaló López. Y agregó: "No me explico por qué han tomado el colegio. La medida me parece desproporcionada, porque apenas hicieron el reclamo nosotros intervenimos".
A las 12 de ayer, alumnos, padres y docentes de la EMEM 7 hicieron una asamblea en la que se decidió permitir el ingreso del personal de la Dirección de Infraestructura para comenzar las obras de reparación y continuar con la toma hasta tanto no se garantice la solución integral de la cuestión edilicia. Desde el miércoles no hay clases en la escuela y, según las autoridades de la Ciudad, esa situación se mantendrá hasta el lunes, cuando terminen los arreglos.