La pérdida del patrimonio cultural. Se ofrecen en Internet libros robados de la Villa Ocampo
Forman parte del legado de la mecenas argentina; nadie sabe cómo llegaron allí
Un acto tan cotidiano como navegar por Internet fue el punto de partida de una polémica y un reclamo de magnitud.
La historia comenzó hace pocas semanas cuando, por casualidad, el escritor y cineasta argentino Edgardo Cozarinsky se topó con la oferta on-line de dos valiosos libros de la biblioteca de Victoria Ocampo.
Concretamente, Cozarinsky descubrió un sitio en el que se anunciaba la venta de primeras ediciones de "Historia universal de la infamia" y "El jardín de senderos que se bifurcan", con las dedicatorias de su autor, Jorge Luis Borges, para Victoria Ocampo.
"La librería Lame Duck Books, de Boston (donde se publicaron los libros) es una de las más serias de los EE.UU.", aseguró a LA NACION el escritor argentino, y dijo que la encuadernación de los ejemplares -que pudo apreciar a través de la Red- es típica de la biblioteca de Ocampo.
"Me llamó la atención el precio alucinante que se pedía por cada uno de ellos: US$ 35.000 por uno y US$ 50.000 por el otro. De inmediato reconocí la encuadernación muy bonita en cuero que he visto en los años 70 en la casa de Victoria", agregó.
En rigor, el escritor publicó una carta de lectores a este diario advirtiendo sobre el saqueo y alentando una seria investigación al respecto.
Sombras sobre la Unesco
Para él, el robo de ejemplares tan valiosos no hace más que echar sombras sobre el trabajo de la Unesco en relación con Villa Ocampo, la casa que Victoria donó en 1973 para ser convertida en un centro cultural de relevancia y el lugar donde debían estar los libros.
"La actuación de la Unesco es un escándalo. ¿Cómo descuidaron este legado tan impresionante? Se trata de una institución donde viven politicastros de la cultura que usufructúan viajes gratis, no pagan impuestos y trabajan lo mínimo", dijo, contundente, Cozarinsky.
En realidad, ninguna de las dos organizaciones relacionadas con la batalladora escritora y mecenas argentina del siglo pasado culpa directamente a la Unesco por la desaparición de estos ejemplares y de tantísimos otros que, les consta, no residen más en Elortondo al 1800, en San Isidro, la mansión de los Ocampo.
Pero se quejan del descuido y la falta de interés que reiteradamente mostró la entidad internacional con relación a la casa que legó la escritora.
LA NACION intentó ubicar a Germán van Hoof, uno de los responsables de la entidad internacional en Montevideo y uno de los encargados de Villa Ocampo. Pero, según dijo su secretaria, el funcionario se encuentra de vacaciones y nadie pudo opinar del asunto. Tampoco respondió el requerimiento de LA NACION, el francés Oscar Klingl, asesor del director de la Unesco en París.
"Villa Ocampo es un tema menor para la Unesco y muchos funcionarios han colaborado para que no se la tome en serio", explicó ayer a este diario Dolores Bengolea, sobrina nieta de la escritora y directora ejecutiva de la Asociación Por Villa Ocampo y la Fundación Victoria Ocampo.
Ambas entidades se crearon en 1998 y 1999, respectivamente, entre otros motivos, para detener el Proyecto Villa Ocampo 2000 que impulsó la Unesco y que Bengolea calificó como "una locura, algo destructivo del patrimonio, contrario al legado original".
Puntualmente, con relación a la aparición de los dos ejemplares de Borges en la librería Lame Duck Books, Bengolea no se mostró sorprendida. "Venimos avisando a la Unesco de la pérdida de ejemplares desde hace años", señaló. Recuerda el shock que sufrió al ver libros caídos en los estantes de la biblioteca. "Victoria era obsesiva del orden y la prolijidad. Los estantes estaban perfectamente repletos de libros. En cambio, aquel día vi libros caídos, torcidos. Esa no era la biblioteca de Victoria", señaló.
Por su parte, la escritora María Esther Vázquez, miembro de la Asociación Por Villa Ocampo, explicó que más de mil libros y fotografías desaparecieron en el transcurso de los años. Criticó, además, el embalaje que hizo la Unesco del patrimonio. "Fue muy apresurado y aceleró el deterioro del patrimonio que hoy está corroído por la polilla. Es un crimen horroroso", dijo la escritora, que batalla para que Villa Ocampo algún día se convierta en el centro vivo cultural de encuentro de intelectuales, como lo soñó Victoria.
Bengolea comentó a su vez que las asociaciones que dirige realizaron un inventario exhaustivo en 2000, que resultó distinto al listado de la Unesco. "Ellos elaboraron una lista muy simple. En cambio, nosotros dispusimos una ficha para cada libro, con información muy completa", concluyó.
Una seguidilla de descuidos
- La Unesco heredó la mansión de los Ocampo en 1973. La mecenas argentina pensó que su propiedad estaría más segura a cargo de una entidad internacional que bajo el control del gobierno. Desde entonces, las denuncias sobre la mala administración se multiplicaron. Incluso,Villa Victoria, la casa de Mar del Plata de los Ocampo, se vendió en 1983 en US$ 1 millón para obtener fondos destinados a Villa Ocampo. Según la Asociación Por Villa Ocampo, de ese monto quedan sólo US$ 500.000. Nadie sabe qué ocurrió con el resto.
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