Seth, el mosquetero que combate la nostalgia con su pluma
El canadiense es otro invitado de lujo al encuentro de historieta
Es difícil resumir la obra del canadiense Seth en una palabra. Podría ser Palookaville, el nombre de su revista de historietas ("mi galería privada"), donde ha publicado gran parte de su obra, por ejemplo, la recientemente reeditada por Ediciones Salamandra, La vida es buena si no te rindes.
Seth es parte de los "tres de Ontario", la triada compuesta junto a Chester Brown y Joe Matt que redefinió no sólo la historieta canadiense, sino que podía hacerse con la historieta confesional. El fan de Schulz, Crumb y Kurtzman despierta esa idea, sobre la nostalgia, desde su vestimenta (parece un reportero de los años 30) y su fascinación a la hora de narrar vidas pasadas en pueblos que aunque él mismo construye en cartón, marionetas y cómics claramente poseen un aura perteneciente a otra era. "Yo diría a otra sensibilidad, espejada en mis colores planos y mi línea clara, que puede verse en mi pueblo inventado de Dominion", dirá. Pero él, ahora de visita en Buenos Aires para participar del Festival Viñetas Sueltas, que lo tiene de invitado de lujo mañana y pasado, odia la palabra "nostalgia".
Al decir que no trabajás sobre la nostalgia, entonces, ¿qué creés que se "lee mal" o que se diluye en los tonos y formas de tu trabajo?
-¿Cómo podría sentir nostalgia por una época donde siquiera había nacido? Sin querer celebrarme, me gusta creer que no miro al pasado de manera superficial, algo que creo define a la nostalgia. Es bobo creer que todo era mejor antes.
-¿Dónde sí dirías que el pasado, esas vidas pocos posibles en nuestros días, aparece en tus viñetas?
-Sí siento nostalgia por mi propia infancia, como la mayoría de la gente, y eso está claramente en mi trabajo. Pero nunca busco hacer que la nostalgia se perciba en mi obra intencionalmente. Nunca. La nostalgia fácilmente puede devenir abiertamente sentimental y cursi. También he esquivado la trampa de la nostalgia más reciente: hablar de tu vida y perder tiempo hablando de la cultura pop que consumías puntualmente en ese momento (como si eso te definiera). Me irrita cuando mis trabajos son reducidos a una sola palabra: nostalgia.