Bibliografía. Singular historia
PSICOANALISTAS DE NIÑOS Por Silvia Fendrik-(Letra Viva)-Tomos 1 y 2-109 y 106 páginas-($ 16 y $ 19)
Melanie Klein y Anna Freud y Winnicott y la sociedad británica inician la serie Psicoanalistas de niños. La verdadera historia, que comprenderá un total de seis volúmenes. La autora, Silvia Fendrik, aclara que no se trata de una "obra completa" ni de un análisis exhaustivo de todas las teorías. El acento está puesto en los contextos históricos en que tuvo lugar la producción de cada uno de los autores, en los ideales culturales y en las disputas por herencias y filiaciones teóricas.
La historia comienza con Melanie Klein y Anna Freud, dos pioneras de la práctica con niños, cuyas posiciones quedaron ferozmente enfrentadas, en una confrontación que no incluía meramente conceptos e intuiciones clínicas, sino también familias e instituciones. El relato de Fendrik va mostrando cómo la propia política del psicoanálisis estableció ciertas oposiciones drásticas (lo puro versus lo adaptativo, lo analítico versus lo pedagógico, etc.), que terminaron decretando y cristalizando perspectivas que quizás no eran tan inconciliables.
Para combatir esa rigidez conceptual, Fendrik intenta demostrar que ni la realidad kleiniana es sólo "interna" ni la annafreudiana, sólo "externa". Al mismo tiempo, contribuye a correr la figura de Anna Freud de esa imagen descafeinada en que cierta transmisión del psicoanálisis ha sido proclive a instalarla.
Con el segundo volumen ocurre algo similar. Así como es imposible hablar de Melanie Klein sin Anna Freud, tampoco es posible referirse a Winnicott sin considerar las guerras matriarcales de la Sociedad Británica. Conocemos así a un Winnicott cuya relación con Klein, su maestra, no deja de ser paradójica y cuya relación con el kleinismo más puro no deja de ser esencialmente conflictiva. En medio de fuertes tironeos, el pediatra británico denuncia los dogmas del establishment psicoanalítico de la época y llega a plantear que en ciertos casos un análisis puede no ser necesario, mucho menos obligatorio. Casi una herejía.
Aquí también el relato de Fendrik tiene un efecto desmitificador: procura poner en cuestión la difundida creencia de que Winnicott actuaba con sus pacientes como una madre "suficientemente buena", lo que podría desprenderse de una veloz lectura de sus textos. "Ni tan simple, ni tan fácilmente accesible, ni tan ingenuo, ni tan sentimental, ni tan directo", escribe la autora. Después ensaya algunas interpretaciones sobre la vida y la obra de Winnicott que el lector no está obligado a acompañar.
Los dos libros incluyen ilustraciones de Juan P. Presta, destinadas a dar cuerpo a las intervenciones clínicas de los protagonistas de esta singular historia, que más que "verdadera" resulta, ante todo, una historia desprejuiciada.