Sintonía fina en nuevos tiempos

Los ecos que llegan de la última edición de ArtBasel Miami Beach poco tienen que ver con la otrora glamorosa feria conducida por la batuta de Sam Keller, donde la alfombra roja recibía a los coleccionistas con chequera lista, llegados de todas partes en su propio jet. No está más Sam Keller con su cabeza rapada y sus running shoes, y los vaporosos tules del vip lounge han sido reemplazados por severos y democráticos decorados de cartón reciclado. ¿Signo de los tiempos? De esto se hablaba días atrás en la sobremesa de un salomónico y grato almuerzo en un restó itálico del Bajo Belgrano.

Nadie ignora que las ventas en las ferias ya no son lo que eran, que no hay más burbujas de ningún tipo en la escena del arte contemporáneo y que gana espacio el perdurable encanto del conocimiento. La mirada entrenada y la buena información se cotizan mucho más que una obra de Jeff Koons o del ascendente Murakami, cuyo mejor negocio ha sido cerrar un acuerdo con Louis Vuitton para renovar el logo y los colores de la famosa griffe con base en Champs Elysées. Una de las cartas ganadoras de la próxima edición de arteBA -programada para junio de 2010, pasada la agitada Semana de Mayo y en línea con el Día de la Bandera- será el programa del auditorio dirigido por Gabriela Rangel, curadora de la Americas Society, de Park Avenue, Nueva York. Allí reina la influyente Susan Segal, que estuvo presente en la apertura de la Colección Fortabat, y mantiene buenos contactos Teresa Bulgheroni, integrante del comité de coleccionistas de arteBA, presidido por Nelly Arrieta de Blaquier. A propósito de arteBA, la pregunta del millón es saber qué sucederá con el criterio aplicado por el comité de selección, encabezado por Fernando Farina (ex Castagnino-Macro de Rosario), que ha levantado olas y encrespado los ánimos de varios galeristas. Mientras tanto, ARCO de Madrid confirmó que Los Ángeles será la ciudad invitada de la próxima edición, tal como impuso en su agenda Lourdes Fernández, la directora de la feria madrileña.