Los intelectuales del mundo y LA NACION. “Sólo los pueblos pueden ponerle freno a la intolerancia”
Lo dice Ronald Lauder, del Congreso Judío
“La intolerancia, como el antisemitismo y otras formas de discriminación, es inherente a la condición humana. Sólo los pueblos, más que los gobiernos, pueden detener la intolerancia, este flagelo persistente que tantas vidas costó en el pasado y que puede volver a repetirse, implacable, en el presente y el futuro de la humanidad.”
Quien esto dice, con tranquilidad y sin levantar la voz, es Ronald Lauder, inversionista, coleccionista de arte y filántropo de fama mundial, que desde hace ocho meses preside el Congreso Judío Mundial, entidad con sede en Nueva York que agrupa a las representaciones políticas judías de todo el mundo.
Nacido en Estados Unidos en 1944 y heredero del imperio de la cosmética y los regalos que crearon sus padres, Estée y Joseph, que factura miles de millones de dólares por año, Lauder desarrolló una vida ligada a la diplomacia y a la lucha contra los efectos devastadores que el nazismo provocó en poblaciones judías del continente europeo. Fue embajador de su país en Viena durante el gobierno del republicano Ronald Reagan, lo que lo acercó a sus raíces judías y lo llevó a crear una fundación que asiste a escuelas, campos comunitarios y centros juveniles en países de Europa del Este. Amante del arte, dedicó muchos de sus esfuerzos a la recuperación de obras de arte robadas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Ronald Lauder llegó ayer a Buenos Aires por primera vez, para permanecer aquí unas pocas horas. Ayer, se reunió con el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y con el titular del Episcopado, monseñor Jorge Bergoglio, y hoy se encontrará, en la Casa Rosada, con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Lauder se muestra preocupado por Irán, país que, según su visión, "esparce su veneno sobre otras naciones del continente". No lo menciona, pero durante la reunión previa a la entrevista con LA NACION (con Jack Terpins, titular del Congreso Judío Latinoamericano, y Eduardo Elsztain, tesorero de la entidad a escala mundial) se analizaron con preocupación los vínculos del presidente venezolano, Hugo Chávez, con Teherán.
-¿Qué idea tiene de la Argentina? ¿Es un país importante para la entidad que preside?
-Como norteamericanos, miramos muy seriamente a la Argentina. Hace cinco años, ustedes pasaron momentos económicos muy serios, y hoy se atraviesa un período de prosperidad, que esperamos que continúe...
-Desde que ocurrieron los atentados a la embajada de Israel y la AMIA, distintos gobiernos han intentado sin éxito dar con los responsables de los ataques. ¿Hay preocupación?
-Como presidente del Congreso Judío Mundial, no hablo sino en nombre del mundo judío en general. Lamentamos que no se haya podido descubrir a los responsables de los ataques en esta ciudad y esperamos que el caso se resuelva pronto.
-Se calificó a estos hechos como atentados antisemitas o antisionistas. ¿En qué punto estamos hoy en la lucha contra este fenómeno en el mundo?
-Es difícil decirlo. Es como mensurar si un marido golpeador le pegó más o menos a su esposa. Creo que vivimos en un mundo en el que es posible luchar contra estos "anti", y el único camino para resolver esto es que los pueblos tomen en sus manos el problema. Ningún gobierno puede determinar el fin de estos fenómenos. Toda vez que un pueblo permite que eso ocurra, se inicia un proceso que termina destruyendo al propio pueblo que les concede a los intolerantes la posibilidad de crecer.
-¿Qué problemas lo preocupan tras ocho meses en el cargo?
-Uno es el antisemitismo. Aunque nunca desaparecerá, hacemos todo lo posible para morigerarlo.
-¿La educación no alcanza?
-No desaparecerá porque la gente es gente, al igual que nunca podremos tener un gobierno con el que todos estemos de acuerdo. La segunda preocupación que, como parte del mundo, debemos tener es la cuestión iraní. Si bien Irán está del otro lado del planeta, tiene influencia en la vida de todos. No sólo por su deseo de promover su desarrollo de armas nucleares, sino por su intención de promover el terrorismo e inyectar el odio. No puedo decir que esto ocurra en la Argentina, pero sí pasa en otros países de América latina. Los atentados que vivieron ustedes también tuvieron que ver con ese veneno.
-El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, prometió "borrar a Israel del mapa". ¿Lo toma como una amenaza vana o está preocupado?
-Dios no permita que sea una realidad. En el libro Mi lucha , Hitler describió lo que le haría al pueblo judío, y años después vimos lo que ocurrió. No hay duda de que se trata de un hombre determinado, con un fervor religioso importante. Irán está todavía en las Naciones Unidas. Muchos países tienen relaciones comerciales con esa nación. ¿Qué ocurriría si un país de este continente dijera que piensa eliminar a otro? ¡A estas alturas estaría aislado!
-Usted ha estado muy cerca del fenómeno del nazismo. ¿Europa aprendió la lección o es posible que recaiga en recetas autoritarias?
-La mayoría de los países europeos han comprendido los errores del pasado, y están haciendo los mayores esfuerzos para ser positivos. En Austria, que fue a la vez la primera víctima del nazismo y colaboradora del Tercer Reich, aprendí que hay que tomar en serio a los líderes mundiales cuando hablan de eliminar a otro país o grupo.
-¿Qué papel ocupan en este contexto los medios de comunicación?
-La verdad es una herramienta muy poderosa, y los medios de comunicación cumplen un papel importante, no sólo para expresarse con libertad, sino para comunicar la verdad. Es interesante que, como en la Alemania nazi y en el Irán de hoy, lo primero que hacen los gobiernos autoritarios es interrumpir la libertad de expresión.
-¿Hay más democracia o más fundamentalismo en la actualidad?
-Existe una paradoja. Los fundamentalismos están creciendo, pero también lo hacen las democracias. Mucha gente ha sido empujada, por el miedo y la pobreza, a sostener posiciones fundamentalistas, pero a la vez nunca hubo tantas democracias como hoy. Esto puede resolverse de tres maneras: puede no ganar ninguna de las dos posiciones, puede haber una batalla entre ambas, o se pueden encontrar las maneras de vivir en absoluta paz. No tengo idea de cuál será el resultado final. Por lo menos, no lo diré... [Se ríe.]
-¿A qué adjudica la imagen negativa que Israel tiene en muchos países subdesarrollados?
-La razón es muy simple. Cuando aparece una joven nación que lucha contra todo lo que se le pone enfrente, como hizo Israel en 1948, el mundo entero la ve de manera positiva. Una vez que Israel se fortaleció y se convirtió en un país fuerte, otros países árabes y los palestinos se convirtieron, según esa visión, en los vulnerables. Hoy hay un antinorteamericanismo que no se debe sólo a la invasión de Irak, sino a que se ve a los Estados Unidos como un país demasiado fuerte.
-¿Les preocupa a los judíos norteamericanos un eventual triunfo electoral de Barack Obama?
-Soy republicano, pero cuando asumí el cargo dejé de pertenecer al partido y pasé a representar a todos los judíos. Creo que Obama y McCain tomarán esta misma actitud, y gobernarán para todo el pueblo.
-Muchos analistas dicen que con Obama se abrió una etapa de mayor participación democrática y hablan de un cambio de época
-Creo que Estados Unidos es un país joven y que necesita ese tipo de liderazgos, pero también que es un país complicado, que necesita experiencia de mando. Ojalá McCain tuviera cuarenta años y Obama, la experiencia de su contrincante... He visto a John Kennedy cometer errores por su inexperiencia y a Ronald Reagan hacer las cosas muy bien, precisamente, por su gran experiencia. Será una elección muy interesante, con dos candidatos excelentes.
-Mucho se ha dicho sobre el papa Benedicto XVI y su presunta intención de detener los avances en el diálogo ecuménico obtenidos durante el pontificado de Juan Pablo II. ¿Cuál es su visión?
-Tuve la oportunidad de conocer al nuevo papa. Tuvimos una discusión franca y abierta. Quedé muy impresionado por su comprensión de los problemas mundiales. El busca una manera de reunir a la cristiandad, el judaísmo y los pueblos musulmanes. Creo que logrará grandes avances en ese sentido.
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