Tiempo libre
Limpiar y ordenar la casa, ir al supermercado, terminar la tercera temporada de la serie Borgen, volver atrás la historia de Katia y Volodia con el documental que manda para su próxima clase la profesora Chilibroste, preparar una cena para recibir amigos, disfrutar del encuentro.
Hacer pilates, comprar regalos, ir a un cumpleaños familiar, ver el video de la ópera que estrenó un amigo, preparar la búsqueda del tesoro para esperar a las carcajadas el Día del Padre.
Salir a almorzar afuera, planificar las vacaciones de invierno, empezar un libro nuevo (y terminarlo), empezar una película de noche (y terminarla). Dormir tarde y mucho, bañarse a cualquier hora y sin apuro.
Chequear los mails y navegar las redes, menos. Olvidarse el teléfono cargando por horas. “Bajó su tiempo en pantalla”, confirma la herramienta del iPhone que actualiza el reporte cada lunes por la mañana.
En la frase tiempo libre, “libre” debe provenir de libertad para elegir (como aquel que tiene la capacidad para escoger y dirigir su forma de actuar o de pensar) y no de desocupado (horas disponibles). Pequeño hallazgo de un fin de semana más común que corriente.