En septiembre abrirá sus puertas. Tigre apuesta al arte con un museo propio
El intendente ya invirtió $ 1,5 millones en la compra de obras
Fue una audaz promesa electoral del cuatro veces reelegido intendente de Tigre, Ricardo Ubieto. Y en septiembre, cuando finalmente se corra el telón del Museo de Arte Tigre (MAT), un futuro más promisorio aún le espera a ese municipio, que en la última década amplió su base de sustentación a fuerza de urbanizaciones privadas y población joven.
Con 90 barrios cerrados, incluidas las 1600 hectáreas de la ciudad-pueblo Nordelta, Tigre ha apostado fuerte a la cultura como acicate del turismo interno y extranjero, pero también como una "contraprestación espiritual y premio" para los 400.000 residentes que pagan sus impuestos.
Seis millones de dólares, recaudados a través de tributos y tasas municipales, han posibilitado la concreción del primer museo bonaerense dedicado íntegramente al arte argentino figurativo (Berni, Castagnino, Fader, Palliere, Roux y otros). La mayoría de las obras fueron elegidas por Ubieto en los remates. Se trata de una inversión de US$ 2 millones repartidos entre 160 obras firmadas por 70 grandes maestros, que arranca en la pintura iconográfica del siglo XIX, pone el énfasis en el vasto paisaje nacional y llega hasta las creaciones de mitad del siglo XX.
La operatoria, según este intendente (73 años, casado y sin hijos) de confesas simpatías kirchneristas, está respaldada por la transparencia de una dinámica que "torna públicos los precios y las adquisiciones".
Contador, impulsor del partido Acción Vecinal y pintor en sus ratos libres, Ubieto realizó casi todas las compras a partir de 2003, guiado por su gusto personal y asesorado por Adrián Gualdoni Basualdo y Sonia Becker, directores de Consultart.
Para ello recibió el apoyo incondicional de su municipio, que durante cuatro años consecutivos le aprobó dentro de un presupuesto anual de $ 180 millones, sucesivas remesas de $ 1,5 millones para la inversión en obras de arte. Observadores del mercado de subastas coinciden en que el ímpetu comprador del intendente durante 2004 "incrementó de manera decisiva" la facturación total del sector ese año, estimada en US$ 10,6 millones.
Entorno palaciego
Cerca de US$ 4 millones absorbieron la cuidada restauración de la sede, el imponente ex Tigre Club (Paseo Victorica 972), de 1600 m2 y estilo academicista, cimentado sobre el río Luján e inaugurado en 1913 para albergar al primer casino que tuvo el país.
Declarada monumento histórico nacional en 1979, la edificación, que mezcla en sus dos niveles grupos escultóricos de las escuelas francesas e italianas, se jacta hoy del esplendor devuelto a sus materiales originales: vitrales y espejos venecianos, gran escalera de mármol de carrara, pisos de roble de Eslavonia y una ornamentación que le inyecta un refinamiento propio de un palacio europeo.
Pero Ubieto no se conformó con reflotar la gloria arquitectónica de otrora: enrejó y rodeó al portento con 20.000 m2 de verde, en los que proyectó jardines, con senderos y glorietas, para idear un paseo -próximo a concluirse- a la vera del río.
"La entrada al MAT será paga (entre $ 3 y $ 5 pesos), pero gratuita para los residentes de Tigre", concede Ubieto a LA NACION desde su despacho en la sede municipal, coronada por escenas portuarias de Quinquela, su pintor favorito.
Aún no definió quién guiará los destinos del museo, que contará con una confitería y tienda de souvenirs, pero ya sumó a su equipo a una especialista del Museo Nacional de Bellas Artes y a otra del Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Contará con un sofisticado circuito cerrado de cámaras de seguridad, y pasantes universitarios del Tigre serán entrenados para custodiar el patrimonio. Ubieto piensa atraer sponsors para solventar los $ 15.000 mensuales que costará un acervo asegurado en US$ 2,5 millones.
"Con Gualdoni Basualdo y Becker estamos trabajando en la disposición museográfica, que será temática y no cronológica, y se distribuirá a partir de paneles divisorios en durlock y en madera. Una de las salas estará dedicada a los precursores; otra, a la escuela de La Boca y a los retratos, y los dos salones principales estarán reservados a los grandes maestros y a la temática paisajística", señala.
El intendente compró la semana última por $ 56.000, en un remate de Roldán, "La dama del sombrero blanco", de Raúl Soldi. ¿Seguirá comprando obras?, pregunta LA NACION. Ubieto responde: "Quiero completar los huecos de la colección. Estoy detrás de algún Quirós que muestre a los gauchos federales, con lo cual llegaremos a unas 170 pinturas. Quedará para el año próximo poblar la terraza del primer piso con un paseo de esculturas. Tengo sólo dos cabezas en bronce de Yrurtia, y mi idea es fundir en ese material las esculturas en yeso de los Premios del Salón Nacional que integran el patrimonio del Palais de Glace".
Como anexo al museo, Ubieto se embarcó también en la restauración de la quinta Pueyrredón, sobre la calle Liniers; una propiedad de 700 m2 que, tras una inversión de $ 200.000, albergará un proyecto sinérgico: las Salas Municipales de Exposición, que tendrán su correlato en los premios municipales a la creación artística.
"Hay que nivelar hacia arriba. Si no invertimos en un museo que quede para las próximas generaciones, la plata, igual, se va en otra cosa", arguye la persona que hace 19 años guía los destinos de Tigre.
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