Triste ingenuidad
Funesto paralelismo componen los tres hombres que observan los esqueletos de tres motos calcinadas, como si a cada uno le correspondiera velar por una de estas carcasas chamuscadas. Derrotadas por el fuego yacen sobre el suelo. El incendio se desató como consecuencia de un misil lanzado por el gobierno de Siria y las fuerzas rusas en Tarminin, cerca de la ciudad de Dana. Los Cascos Blancos reportaron que cuatro civiles murieron por el bombardeo contra esta estación de combustible supuestamente vinculada a un grupo jihadista. Sean del país que sean, las postales son las mismas. Muerte y devastación. Una irrefrenable pulsión de destrucción que nos hace asistir a escenas que ingenuamente siempre nos ilusionamos con que algún día formen parte del pasado o solo sean distopías dignas de una novela o una película. Por ahora, nada indica que la ficción pueda superar la realidad.