Turismo y cultura, un efecto multiplicador
Locuaz, extravertido, casi exultante, Darío Lopérfido, secretario de Cultura y Comunicación, monopolizó la atención durante el debate organizado por Arte BA para tratar la ley de mecenazgo.
Compartieron el estrado Facundo Gómez Minujin, director de Arte BA y ejecutivo del J. P. Morgan; Julio Suaya, operador cultural, y Américo Castilla, gerente cultural de Fundación Antorchas y el hombre que mejor conoce las relaciones entre las empresas y la cultura, porque lleva diez años de entrenamiento en la puesta en marcha de programas culturales para la comunidad financiados con fondos privados.
"El punto débil de la ley es conceptual -precisó Castilla-. ¿Cuáles serán realmente las fundaciones con espíritu filantrópico y cuáles serán los proyectos de interés público que merezcan ser impulsados? Los argentinos tenemos un serio problema semántico, porque si este lugar se llama museo -en referencia al Museo Renault-, ¿qué es una confitería? " El debate, coordinado por Jacobo Fiterman, presidente de la Fundación Arte BA, intentó poner sobre la mesa todas la dudas que plantea el proyecto impulsado por Luis Brandoni; por el subsecretario de Cultura, Hugo Storero, y, con énfasis, por Darío Lopérfido, quien quiere que tenga forma de ley antes del año próximo.
Planteado como una herramienta de estímulo al mecenazgo, el proyecto contempla una reducción de hasta el 5 % del impuesto a las ganancias para quienes inviertan en cultura.
El porcentaje es mínimo, si se lo compara con la legislación vigente en Brasil o en España, que garantizan una desgravación del 30 %, pero es el único posible en una situación definida por los peores ingredientes: avidez en la recaudación y parate económico.
Sentado a la mesa de debate, el economista Juan Carlos Gómez Sabaini tomó el toro por las astas al afirmar que "en un país donde la recaudación de ganancias es mínima -solamente unas 2000 empresas lo pagan-, la quita por desgravación no va a ser una gran suma".
Conocedor de las políticas fiscales, Gómez Sabaini admitió que su posición era francamente complicada. "Por un lado, debo rendir cuentas a mi superior Mario Vicens, y, por el otro, a mi mujer, Marta Minujin", comentario que fue celebrado con aplausos por los asistentes, casi todos integrantes del mundo del arte, salvo algunas modelos, como Ginette Reynal, Patricia Miccio y Teresa Garbesi, más el conspicuo Javier Lúquez, que le imprimieron un toque fashion al encuentro.
A modo de balance, el ingeniero Jacobo Fiterman planteó la necesidad de contar con una ley eficaz que evite "la maraña burocrática, enemiga acérrima de cualquier programa".
Por su parte, Lopérfido avanzó con su argumento, decidido a hacer el lobby necesario para que la ley salga antes de diciembre: "Será determinante si queremos acelerar la alianza turismo & cultura , una tendencia que en el mundo gana adeptos. Imaginen -agregó el secretario de Estado- un visitante que llega a la Argentina y puede escuchar a la sinfónica de Chicago en el Colón, pescar truchas en Traful, escuchar el mejor jazz en Bariloche y ver una gran muestra de pintura. Señores, debemos sumar argumentos para vender la Argentina en el exterior".