Alumno precoz en Salta. Un chico de tres años, en primer grado
La ministra de Educación de Salta lo autorizó a cursar el preescolar y a frecuentar el aula de primaria
Con la intención de "ayudar a que el chico pueda formarse de acuerdo con sus competencias", la ministra de Educación de Salta, Marta Torino de Morales, autorizó al niño Lucas Mateo Nelson, de apenas tres años, a ir a la escuela antes de tiempo y empezar a frecuentar el aula de primer grado.
Es que Lucas, al parecer, ha dado pruebas de poseer un coeficiente intelectual superior al de su edad, por lo que ya está cursando la sala de preescolar en el Colegio San Lucas, cuando aún no cumplió cinco años.
"Lo irán probando para ver si en el transcurso del año lo pasan a primer grado", contó su madre, Liliana Nelson, al comentar que su hijo está feliz de poder compartir momentos con chicos de primer grado.
La propia ministra de Educación recibió en su despacho al niño y a su madre, Liliana Nelson, y se comprometió a desarrollar un proyecto específico para que el colegio tenga en cuenta el nivel del alumno y garantice una educación adecuada a su coeficiente intelectual.
La maestra del preescolar, Natalia Pacheco, contó a LA NACION que el comportamiento de Lucas, a pesar de ser más chiquito, es normal. "Es un niño más, tranquilo, se interesa igual que los otros cuando leemos cuentos, participa como todos."
La directora del colegio, Yolanda Sánchez, explicó que se había hecho un diagnóstico para verificar que la parte motriz del niño era normal para su edad, pero su capacidad cognitiva e intelectual era la de un niño de seis años, el doble de la edad que tiene.
La decisión de adelantar su experiencia escolar abre un debate sobre los riesgos de distanciar al niño de los hábitos y conductas sociales de los chicos de su edad y exponerlo a comportamientos y actividades de alumnos más grandes.
"Cuando tenía seis meses, desde el cochecito veía dibujos animados por televisión y hacía gestos para seguir con los deditos los nombres y créditos que pasaban cuando terminaba el programa", contó su madre, ferviente impulsora de adelantar su vida escolar.
"Desde los dos años quiere leer todo lo que llega a sus manos. Siempre quise consultar con psicólogas y me decían que era difícil medir el coeficiente intelectual a su edad. Finalmente pudo hacer un test este año y demostró que tenía en el aspecto cognitivo una edad cronológica de seis años. Le tomó el examen una psicóloga particular, a través de juegos, como el rompecabezas, el de la memoria y otros", contó Liliana, que es contadora y trabaja mañana y tarde en una farmacia.
Ella recorrió varias escuelas para que recibieran a su hijo: "En las públicas me decían que no están preparadas para recibir chicos de ese nivel y en algunas privadas me decían: Déjelo, que con el tiempo su hijo se va a nivelar solito con el resto de los chicos ".
Ninguna explicación la dejaba tranquila. Así, de tanto recorrer escuelas y despachos, la madre se aprendió de memoria el artículo 93 de la ley de educación nacional, que encomienda a las provincias "facilitar el diseño de programas para la identificación, la evaluación temprana, el seguimiento y la orientación de los alumnos con capacidades o talentos especiales y la flexibilización o ampliación del proceso de escolarización".
Lucas comparte hoy la sala verde del preescolar con 25 compañeritos, en el turno tarde. "Se adaptó muy bien y quiere mucho a su señorita", dijo Liliana, que también lleva a su hijo a estudiar inglés. "También quiere aprender canto, guitarra y piano. Le fascina la música. Sabe y canta Caminito ", contó su mamá.
Aún no se le dio por el deporte, aunque le gusta el tenis y es fanático de Boca. "Su sueño es conocer la Bombonera", deslizó la madre, que ayer pasó por Buenos Aires para contar su caso en un programa de televisión. Curiosamente, Lucas cumple años el 23 de junio, un día antes del cumpleaños de Lionel Messi y Juan Román Riquelme.
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