Un diamante bate todos los récords
Una joya que el rey Felipe IV de España le había regalado a su hija se vendió en una subasta por 24 millones de dólares a uno de los hombres más ricos del Reino Unido
LONDRES, (EFE).- Un diamante azul de 35,56 quilates regalado a la infanta Margarita Teresa de Austria por su padre, el rey Felipe IV de España, batió hoy todos los récords al venderse en Londres por 16,39 millones de libras (24,16 millones de dólares).
"Es un precio récord mundial para un diamante vendido en subasta", dijo a Efe una portavoz de la casa de Christie´s, al precisar que también el remate es "un récord mundial para una joya vendida en subasta".
La alhaja, conocida como el "Wittelsbach azul", superó con creces su precio estimado de 9 millones de libras (13,27 millones de dólares) y fue adquirido por teléfono por el marchante y joyero londinense Laurence Graff, uno de los hombres más ricos del Reino Unido.
La joya pulverizó la anterior marca, que hasta hoy ostentaba el diamante "Star os the Season", de 100,1 quilates, que se adjudicó en 1995 en una subasta de la casa Sotheby´s en Ginebra (Suiza) por 16,5 millones de dólares.
Felipe IV (1605-1665) regaló el diamante en 1664, cuando la infanta (1651-1673) tenía sólo 13 años, como parte de la dote por su compromiso matrimonial con su tío materno, Leopoldo I de Austria (1640-1705), futuro emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Margarita Teresa es, además, la figura central del cuadro "Las Meninas", de Velázquez, que la pintó rodeada de sus damas de honor en uno de los cuadros más famosos de la historia del arte.
La infanta falleció a los 21 años en 1673 a consecuencia de un parto tras haber dado a luz a cuatro hijos, de los cuales sólo uno llegó a la edad adulta.
El Wittelsbach, de un color azul grisáceo, procede de las famosas minas de diamante de la India y, hasta hoy, pertenecía a una colección privada.
El diamante tiene una larga historia vinculada a las casas reales de Austria y de Baviera: a la muerte de Margarita Teresa, en 1673, su viudo, el emperador Leopoldo I de Austria, se quedó con la dote, y el diamante pasó a sus herederos.
En 1722, la piedra preciosa llegó a la familia Wittelsbach con motivo del matrimonio de la archiduquesa María Amalia de Austria con el príncipe heredero de Baviera Carlos Alberto.
El diamante lo llevaron los sucesivos monarcas bávaros en la orden del Toisón de Oro y en la Corona real bávara hasta la abdicación en 1918 del rey Luis III de Baviera.
Hasta 1723, según Christie´s, todos los diamantes de la realeza europea procedían de la India, en especial de las minas del Estado de Hyderabad, aunque los diamantes azules también llegaban de otro Estado, el de Bihar
Hoy se conservan muy pocos, entre ellos el "Kohinoor", que forma parte de las Joyas de la Corona Británica, el "Régent", que se conserva en el museo del Louvre, y el "Orlov", que está en el Kremlin.
El mayor y más famoso diamante azul del mundo es el llamado "Diamante Esperanza", de 45 quilates, que perteneció a la Corona francesa y se conserva actualmente en el Instituto Smithsonian, de Washington.
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