Una singular vocación por los paros
Con 125 conflictos docentes en un año, la Argentina lidera cómodamente el ranking de paros en las escuelas de América latina, según una medición del Observatorio Latinoamericano de Políticas Educativas (Olped), con sede en Brasil.
El estudio considera las medidas de fuerza, que durante el año 2007 se extendieron por uno o más días en la región, y los docentes argentinos superan en conflictividad a sus colegas de Brasil y México, que históricamente tienen sindicatos docentes más numerosos y de mayor influencia, y que el año último registraron 72 y 40 conflictos, respectivamente.
Los 125 conflictos docentes -número que curiosamente coincide con la controvertida resolución 125, que enfrentó al gobierno argentino con el campo- revelan una vocación docente por los paros. Cada conflicto arrastra en general más de una jornada y a lo largo de 2007 las escuelas de nuestro país perdieron un total de 350 días si se suman las huelgas acumuladas en cada jurisdicción.
El cómputo del Observatorio Latinoamericano de Políticas Educativas se limita a 2007 y no registra datos correspondientes a 2008. El informe es recogido por el Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP), que en un documento propio advierte que "a pesar de que la región ha alcanzado cinco años de crecimiento económico, la conflictividad en el sector estatal y en especial en el sector docente sigue siendo significativa".
La fundación CEPP, que conducen Andrés Delich y Gustavo Iaies, cita datos de la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales, que señalan que durante 2007 los empleados públicos concentraron el 62% de los conflictos, el 65% de los paros y el 88% de las jornadas individuales no trabajadas. Y señala que la educación es el sector en el que hubo más adherentes a los paros: 487.436, frente a 253.714 huelguistas del sector privado y 39.006 de la industria.
El informe pone la lupa sobre el crecimiento exponencial de los sistemas educativos en la región y analiza la relación de los sindicatos docentes con la gestión educativa. En ese sentido, observa una tendencia a la nacionalización del debate, pese a que el pago de salarios corresponde a las provincias, y a la concentración de la inversión educativa en el gasto salarial, con un fortalecimiento de la capacidad de demanda de los gremios del sector docente.
lanacionar