Entrevista con Michael Ondaatje. Volver a la poesía
El novelista de El paciente inglés habla de Handwriting .
MICHAEL ONDAATJE, el autor de El paciente inglés , nació en Sri Lanka y reside en Canadá. A comienzos de noviembre salió a la venta su último libro de poemas, Handwriting . En esta entrevista, explica por qué después de haber escrito una novela necesitó volver a la poesía.
-¿Es usted un poeta que escribe novelas o un novelista que escribe poesía?
-En realidad, me inicié como poeta y eso ha influido en toda mi obra. Mis primeros tres o cuatro libros eran de poemas; sólo a partir de The Collected Works of Billy the Kid quise salir de esa forma de expresión; necesitaba buscar un campo más amplio. Así fue como empecé a escribir en prosa. Sin embargo, mientras trabajaba en mis primeros libros, digamos Coming Through Slaughter y Running in the Family , siempre escribía poesía paralelamente. Pero con En la piel del león , el trabajo coreográfico -el mover tantos personajes de aquí para allá- me resultó tan arduo que decidí dedicarme exclusivamente a esa novela y suspender momentáneamente la poesía.
-Aun así, ¿se habría autodefinido como poeta?
-Sí, pero prefiero la palabra escritor; porque poeta, al menos en América del Norte, tiene ciertas connotaciones....
-Usted pasó su infancia en Sri Lanka. ¿Qué lugar ocupa en su poesía?
-En Handwriting , es el prisma a través del cual surgen los poemas. Dejé Sri Lanka a los once años y no regresé hasta pasados los treinta. En esa ocasión, escribí Running in the Family , el retrato de una generación perdida de padres y de abuelos. Sentía una necesidad medular de escribir acerca de Sri Lanka, de intentar comprender un poco más ese país.
-Cuando vivía allí, de niño, ¿qué idiomas hablaban a su alrededor?
-Inglés, cingalés y tamil. De chico, aprendí inglés y algo de cingalés. Cuando partí, estudiaba tamil. Todas esas lenguas eran muy utilizadas; hoy lo son aún más.
- Handwriting desborda historia, idioma y cultura. Sin embargo, Michael Ondaatje está algo ausente. ¿Por qué?
-Es muy extraño. Supongo que traté de ponerme a un costado. Entre mis poemas tempranos y estos últimos hubo un salto enorme en el sentido de que, esta vez, traté de no ubicarme como el personaje central. La historia está trabajada desde la perspectiva de diversas personalidades o diversas voces, justamente para evitar la perspectiva única de alguien que ahora vive en América del Norte y regresa allá. Quise evitarlo porque esa historia ha sido contada demasiadas veces.
-¿Qué poetas admira?
-A Thomas Wyatt y, quizás, en segundo lugar, a William Carlos Williams. La primera antología que leí en la universidad reunía a poetas contemporáneos: Ted Hughes, Thom Gunn, Robert Lowell, etc. Esa fue mi primera toma de conciencia de la poesía contemporánea. Creo que me interesa más la poesía de América del Norte. Browning también fue muy importante para mí, en mis comienzos. Fue el primer poeta que me apasionó de veras; más tarde, me entusiasmé con Yeats.
-¿Cómo evalúa la experiencia de El paciente inglés ?
-Fue un viaje muy extraño. Por empezar, todo sucedió muy rápido. El mismo día en que apareció el libro, lo preseleccionaron para el premio Booker . Y después, cuando creí que todo eso había terminado, llegó el film. Entonces vinieron todos esos efectos secundarios, por así llamarlos, que nada tenían que ver con la literatura. Ayer mismo, mis editores me contaron que en Chile hablan de Pinochet como "el paciente inglés".
-¿Y cómo fue que a El paciente inglés le siguió Handwriting ?
-La corrección de El paciente inglés , la novela, y después el trabajo para el film me llevaron, de hecho, alrededor de un año y medio. Cuando terminé con todo eso, lo único que positivamente quería hacer era escribir poesía. Necesitaba volver a escribir un poema sobre una hormiga, en contraposición al interrogante de dónde situaría la hormiga dentro de la secuencia de una novela.
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