A Hindú le sobra tanta calidad entre los backs que el talento de Martín Cancelliere no siempre tiene lugar
Hernán Senillosa: 40 años, Puma de Bronce. Horacio Agulla: 33. Tres mundiales. Santiago Fernández, 32 años, 32 caps. Lucas Camacho, 32 de edad, 14 en primera con 196 partidos. Belisario Agulla, 30 años, 11 caps. Esta vez, la estrella que más brilló fue la de menor renombre. A fuerza de voluntad y tries, Martín Cancelliere está haciéndose un lugar en esa constelación que es la línea de backs de Hindú.
Un try del wing, a siete minutos del final, fue lo que necesitó Hindú para desembarazarse de la durísima presión del CASI, imponerse por 27-23 y terminar la primera rueda del Top 12 de la URBA en zona de semifinales y expectante para defender el título de campeón.
"Jugar con estas leyendas del club es un orgullo enorme", dijo Cancelliere. "Disfrutarlas cada semana, aprender de ellas, escucharlas hablar de rugby... Uno aprende en cada momento que comparte, no solo en la cancha. Uno debe escuchar y aprender, nada más", añadió.
Empezó a jugar cuando Chori Senillosa levantaba sus primeras copas (en 1996 tenía 4 años) y que Santi Fernández era uno de sus entrenadores en juveniles. Hindú asienta su glorioso transitar en un puñado de estrellas, un promisorio grupo de jóvenes (como el otro wing, el pumita Joaquín De la Vega) y un gran número de jugadores de rol que pelean semana tras semana por estar en el primer equipo y aportan su indispensable grano de arena. Cancelliere es uno de ellos. "Hindú está donde está no solo por los que llevan mucho tiempo en primera, sino también por toda la gente que viene abajo", explicó. "Todos tenemos muchas ganas, ponemos una locura y una pasión enormes. Cualquiera puede ponerse esta camiseta y va a dejarla bien arriba",
Tiene 26 años y debutó en el equipo superior en 2012. Desde entonces alterna con la intermedia, pero siempre aparece para aportar su cuota de try en la primera. Este año se consolidó y suma 18 partidos entre Nacional y Top 12. Abrió la cuenta en la final con Newman en Vélez, apoyó en la ajustada victoria sobre el líder San Luis la última semana y en esta 11ª fecha del torneo de la URBA volvió a sumar.
"Desde hace un par de años vengo jugando bastante en la primera, pero con los nombres que hay es difícil que se dé regularmente. Este año está tocándome un poco más", apuntó. ¿Las claves? "El compromiso y la constancia. Nunca bajar los brazos, creer que las oportunidades van a llegar, que el laburo rinde frutos y entrenarse lunes, martes, miércoles y jueves… Esforzarse", sostuvo.
Con 1,90 metros y 90 kilos, Martín tiene un físico privilegiado para la posición, de los que no abundan en el rugby argentino. Hijo de Marcelo, exjugador del CASI y Belgrano, es hermano del puma Sebastián, con quien llegó a jugar en la primera varios partidos. "Compartir la cancha con un hermano y en la primera es un orgullo enorme. Ojalá el tiempo vuelva a juntarnos en una cancha, porque se disfruta un montón", deseó. Son cuatro los hermanos, de los cuales también Diego (camada 1997) integra el plantel superior, y una hermana.
Una vez más, Hindú debió esforzarse al máximo para ganar este clásico moderno, en este caso, celebrado en la Catedral por la última fecha de suspensión pendiente de la final de 2017. Tras el 20-9 de la mitad inicial, el CASI remontó con una agobiante presión y se puso 23-20 a falta de 10 minutos. Cancelliere selló el triunfo cuando Hindú tenía un rugbier menos. "La premisa es jugar un poco mejor que el sábado anterior, sin importar la instancia ni el rival. Trabajamos para eso, nada más", explicó el back. La misma filosofía, más allá de los nombres.
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