Alí: a 20 años del retiro de una leyenda
Aquella boca no se hacía lugar para más bravuconadas. El cabello delataba algunas canas, el físico decadente, la mirada perdida, ajena al sarcasmo que siempre la deformó. Aquel 11 de diciembre de 1981 hacía rato que a Muhammad Alí lo había abandonado el esplendor. Aquel leitmotiv de “se mueve como una mariposa y pica como una abeja” había caducado. Un año antes su decadencia boxística se había desplegado ante el campeón mundial de los pesados, Larry Holmes. Alí abandonó en el 11° round y la palabra retiro se le impuso casi como un ruego.
Crudezas de las estrellas que dejan de serlo, se lo tentó una vez más. La apuesta para seducir fue disponer un ring en Nassau, la capital de Bahamas, y enfrente estaría un joven peleador llamado Trevor Berbick. “Drama en Bahamas” fue el título elegido por los que intentaban exprimir el zumo agrio y final que podía sacarse de ese Alí de casi 40 años.
No sólo la edad ponía en evidencia la decadencia de Alí; el físico, otrora atlético y esculpido en músculos, se perdía en un kilaje excesivo (107 kg, el peso máximo de toda su carrera).
Berbick, de 27 años, había nacido en Jamaica, pero pronto abrazó la bandera de Canadá, donde se consagró campeón pesado. Poco antes había perdido con Holmes una pelea por la corona mundial. Hasta él mismo se impresionó de la imagen de Alí. Tanto que antes de la pelea se aproximó al Bocón de Louisville y le susurró: “Haz lo mejor que puedas, porque no quiero lastimarte”. En su rincón, Alí todavía encontraba la contención de Angelo Dundee y los alaridos del excéntrico Drew Bondini Brown.
Por supuesto, en el combate Berbick encarnó la enjundia y Alí convocó al talento que el tiempo se había encargado de diezmar. Fue por el octavo asalto (la pelea era de 10 rounds) cuando Alí se animó a jugar con las piernas, a intentar aquella sincronización fantástica de bailarín clásico. Como en los años 60, cuando el islamismo no lo había seducido y era aún el Cassius Clay impetuoso, irreverente. Fue instantáneo el Alí, Alí del público bahamiano, que, vaya paradoja, tal vez lo observaba por primera y última vez.
Exhausto llegó Alí a su esquina en el último round. “Sólo quedan tres minutos, campeón”, repetían, vociferaban Dundee y Brown.
La decisión de los jueces fue unánime en favor del joven Berbick, que tras un corto festejo fue a buscar al Alí de ojos tristes, como fijos en un punto indefinido. Pequeños síntomas de un mal que pocos años después haría público que estaba afectando su vida. Muhammad Alí había culminado la última pelea profesional de su campaña. A destiempo, como por desgracia acostumbran las luminarias que no quieren entender cuando el ocaso creativo los alcanza.
“Fuiste mi inspiración desde que era un niño. Voy a ganar el título por ti. Te quiero mucho”, lo abrazó Berbick. Bahamas había sido testigo de un Alí engordado, lento, casi perdido. De la última obra, oscura, imperfecta, creó ese artista con guantes llamado Muhammad Alí hace ya 20 años.
Hitos del campeón
Cassius Marcellius Clay junior
Nació el 17 de enero de 1942, en Louisville, Kentucky, Estados Unidos.
Récord profesional: 56 triunfos (37 KO) y 5 derrotas.
Ganó la medalla dorada del peso semipesado en los Juegos Olímpicos de Roma, en 1960.
El debut profesional fue el 29 de octubre de 1960. Ganó por puntos en seis rounds ante Tunney Hunsaker, en Louisville.
En 1964 adoptó la religión musulmana y cambió su nombre por el de Muhammad Alí.
El 25 de febrero de 1964 venció a Sonny Liston por KO técnico en el séptimo round, en Miami, y ganó el título mundial de los pesados.
Retuvo el título en nueve ocasiones, ante Sonny Liston, Floyd Patterson, George Chuvalo, Henry Cooper, Brian London, Karl Mildemberger, Cleveland Williams, Ernie Terrell y Zora Folley.
En 1967 le quitaron el título mundial pesado por negarse a alistarse en el ejército. Se lo acusó de prófugo, ya que por su religión intentó librarse de la Guerra de Vietnam. Fue detenido y volvió a combatir en 1970.
Recuperó el título mundial de los pesados el 30 de octubre de 1974, tras noquear en ocho rounds a George Foreman, en Zaire. Realizó diez defensas del cinturón. Lo perdió el 15 de febrero de 1978 ante Leon Spinks, por puntos, en 15 rounds.
Alí tuvo revancha. El 15 de agosto de 1978 reconquistó la corona de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) al vencer por puntos ante Spinks.
Su despedida del box fue el 11 de diciembre de 1981, perdió por puntos en diez asaltos ante Trevor Berbick.
Ante los argentinos. En su exitosa campaña, Alí se enfrentó un par de veces con pugilistas nacionales. La primera vez fue el 7 de octubre de 1961, cuando le ganó a Pablo Alexis Miteff, por KO técnico en el sexto round. El otro combate fue el más recordado: el 7 de diciembre de 1960 protagonizó un vibrante choque con Oscar Bonavena, a quien superó también por KO técnico en el 15° y último round, en el Madison Square Garden.
En 1984 se hizo público que padecía el mal de Parkinson.
En 1990 ingresó en el Salón de la Fama de Boxeo. En 1996 encendió la llama olímpica en la ceremonia de inauguración de los Juegos de Atlanta.
Se casó en cuatro oportunidades y su hija Leila se desempeña en el boxeo profesional femenino.