Alicia, ¿Te animarías a correr un Dakar?
Alicia Reina escuchó la insólita propuesta de boca de su marido en 2013, le dijo que sí, se convirtió en la primera mujer sudamericana en participar del Dakar y en enero irá por su cuarto rally
La familia de Alicia Reina y Adrián Farroni es muy peculiar. Juntos llevan adelante un corralón de materiales en la ciudad pampeana de 25 de Mayo. Pero no es allí donde viven sino en Catriel, una ciudad de casi 18 mil habitantes que está a 30 kilómetros de donde trabajan y en la provincia de Río Negro. Hasta allí nada demasiado extraño. Pero ella, luego de haber sido subcampeona nacional de la clase N2 del rally argentino, va a estar presente en su cuarto Dakar en la edición de 2017. Y él estará, como siempre, acompañándola y haciendo de todo: mecánico, fotógrafo, webmaster, community manager y mucho más. La hija mayor, Florencia (24), estudia para ser Contadora en Córdoba, pero también corre motocross y rally. Y la menor, Carla (21), integra el seleccionado argentino de rugby femenino, Las Pumas.
Tanta excentricidad, sin embargo, contrasta con la simpleza y la amabilidad que los caracteriza. A pocos días de viajar a Paraguay para vivir una vez más esa “pasión” que es para ellos el Dakar, nos reciben con el entusiasmo renovado: después de tres competiciones a bordo de la “Ñata” (como llaman a la camioneta Toyota que compraron para darle vida a su aventura automovilística), ahora muestran orgullosos otra nueva Toyota. De las tres ediciones que corrió, Alicia logró terminar dos.
El Dakar es cosa de mujeres
Aún cuando su vida laboral pasa por atender su negocio, Alicia siempre estuvo vinculada al automovilismo. Desde que aprendió a manejar a los 11 años fue probando todo tipo de vehículos. Estimulada por su esposo, otro tuerca fanático, empezó a competir primero en categorías regionales y luego en el Rally Argentino. En realidad, corrían ambos, aunque nunca juntos. En 2008 Alicia se convirtió en la primera mujer argentina en ganar una carrera a nivel nacional, cuando junto a su navegante Graciela Bevilacqua triunfaron en Salta. Ese año obtuvieron el subcampeonato. No eran tiempos fáciles todavía para la mujer que se aventuraba en un ambiente tan machista. “Cuando comencé a correr rally, me costaba mucho porque había cierta mirada sobre la mujer. Es como que a una no se le permitían los errores, te mandaban a lavar los platos. Un varón se podía equivocar y no pasaba nada, pero yo no”, recuerda Alicia, hoy respetada y admirada incluso por los pilotos de más renombre. “Cuando ella hacía podio, muchos no se querían subir”, acota Adrián.
Hasta que un día de 2013 llegó el nuevo desafío que le planteó su marido. “Estábamos mirando la tele y Adrián me dice: ´Alicia, ¿te animarías a correr un Dakar?¨ ´Me encantaría´, le respondí. Pero no teníamos nada”, relata quien luego también se convertiría en la primera mujer sudamericana en participar de la competición.
Hoy, con tres Dakar encima, la carrera es todo en la vida de la pareja. Siguen trabajando, como siempre, pero la preparación les insume todo el año. “Nosotros en la familia tuvimos un antes y un después del Dakar. Es como el viejo Turismo Carretera, donde no solo corrés sino que además convivís con la gente permanentemente. Están al costado de la ruta, te paran, te charlan, te ayudan a cambiar una goma. Es la única categoría del automovilismo que le interesa a la mamá, a la abuela, al hijo, a todos, porque se conmueven con alguna historia o con un hecho. Cuando Alicia corre, toda la familia la acompaña”, dice Farroni.
El rally más exigente del mundo es, naturalmente, una fuente inagotable de historias y anécdotas, de buenos y malos momentos. Uno de los más duros que recuerda Alicia tuvo lugar en la etapa Chilecito-Tucumán, en la edición de 2014, su primera carrera: “Hacía muchísimo calor, como 60 grados adentro de la camioneta. Yo ya veía un panorama medio complicado, porque los helicópteros iban y venían y las motos nos paraban para pedirnos agua. Después empezamos a ver vehículos encajados y hasta uno completamente quemado. Y el sol a pleno, era como estar adentro de un horno. En un momento sentí que estaba hirviendo, necesitaba parar para mojarme. Cuando con Dante (Pelayo, su navegante) fuimos a buscar el bidón de cinco litros de agua notamos que se nos había caído. Encontré una botellita pero no me la podía tirar encima porque era para beberla. Entonces recordé que teníamos una conservadora a la que le habíamos puesto mucho hielo, así que sumergí mi capucha ahí varias veces y me la empecé a pasar por la cabeza. Realmente creo que estuve a punto de una deshidratación. En esos momentos es donde hay que trabajar muy bien la cabeza, ser frío. Finalmente logramos terminar la etapa y después nos enteramos que habían hecho más de 35 rescates”.
Dakar nuevo, Toyota nueva
De cara a la edición de 2017 la pareja está más que motivada. Y es que luego de la última carrera habían decidido no correr más si no podían renovar el vehículo. La “Ñata” ya había cumplido su ciclo. Entonces apareció Toyota, que colaboró con ellos para que tengan una camioneta nueva y para que Alicia, a esta altura una verdadera atracción de la competencia, vaya por más. El objetivo ya no solo es llegar, sino mejorar la ubicación en la clasificación general. Sacando a los 30 autos de los equipos oficiales, con los que naturalmente les es imposible competir, la idea es poder pelear el “otro” Dakar, el de los pilotos amateurs.
Para lograrlo se apoyarán en la nueva Toyota, a la que apenas le han hecho unas pocas modificaciones para adaptarla a la competición. “Cuando empezamos a correr elegimos Toyota porque en nuestra zona, que vive de la actividad petrolera, es la que más se usa. Hay una diferencia natural de Toyota sobre las otras marcas. Sabíamos que con mejorarle algunas partes podíamos tener una camioneta confiable. La decisión de correr con Toyota fue unánime”, comenta Adrián. Ellos confiaron en la marca y ahora Toyota apostó por ellos. No en vano, Toyota es la marca elegida por más del 40% de los competidores de la categoría autos .
El Dakar 2017 ya es una realidad. Se espera una de las carreras más duras porque habrá cuatro etapas en la altura de Bolivia. Pero a Alicia Reina y a su Toyota SW4 ninguna dificultad las achica. Como alguna vez le dijo Emiliano Spataro: “Alicia, vos tenés más huevos que cualquier hombre”.
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