Río 2016-atletismo: Braian Toledo: el lanzador que ya no es un chico
El joven atleta de Marcos Paz llegó por primera vez a una final olímpica: "Lo que siempre soñé se me está dando", cuenta
RÍO DE JANEIRO.- "No caigo todavía, no lo puedo creer. Lo que siempre soñé se me está dando", le dice Braian Toledo a LA NACION, después de una larga espera para hacer el control antidoping. Anteanoche, tres veces quebró su mejor registro de la temporada (era de 78m53), y con su segundo tiro (81m96s), llegó a su primera final en unos Juegos Olímpicos. Con sólo 22 años, Toledo ya vivió sus segundos Juegos -había participado en Londres, donde quedó 30º- y mañana protagonizará otro momento histórico cuando esté en la definición de lanzamiento de jabalina.
Después de su actuación de anteayer, se vislumbra una excelente noticia: Toledo se está acostumbrando a mejorar sus marcas en los torneos más importantes. El año pasado lo hizo en el Mundial de Pekín, cuando lanzó 83m32, el mejor registro de su carrera. Y anteayer lo repitió, nada más y nada menos que en unos Juegos.
¿Por qué ocurre eso? El mismo Braian da pistas y mucho tiene que ver con un camino que deberá seguir en el Viejo Continente. Antes de los Juegos Olímpicos, Toledo se instaló dos meses en Europa y después viajó a Fortaleza (Brasil) para acomodarse rápidamente a las altas temperaturas que padecería en Río, como ocurrió anteayer. "Gran parte del camino que me queda va a ser por Europa. Amo a la Argentina y todo lo que tengo ahí, pero para acercarme lo más posible a un podio tengo que hacer mucho tiempo afuera", responde Toledo sobre cuáles podrían ser algunas de las claves en la mejora de sus marcas. Eso influye en lo técnico, pero también en lo mental: "Todo suma -explica, en cuanto a la preparación en Europa y Fortaleza-. Pero ahí adentro (en la pista, en la competencia) todo pasa por la cabeza".
Río 2016 no deja de ser un eslabón de crecimiento para Toledo. "Esto es cuestión de tiempo y paciencia; mis Juegos Olímpicos van a empezar a partir del 2020, cuando yo tenga 26 años. Ahí voy a empezar a hacer mis mejores marcas. ¿Y se pueden hacer antes las marcas? Sí, se puede, pero eso es adelantar procesos y retirarte mucho antes también", advierte. Mientras tanto, intentará disfrutar del momento y se hace cargo del lugar adonde llegó: "El sábado vamos a relajarnos más, porque todos estábamos tensos. Y yo creo que va a ser una linda final".
"Fortaleza es otro clima; están Lauro (Germán) y personas que me hacen sentir feliz, nuevo y bien. Te levantan, y te meten fichas. No me achiqué con ninguno y salí a buscar", cuenta Braian en la misma noche que Usain Bolt y Andre De Grasse protagonizaron una inolvidable semifinal olímpica. En ese mismo Estadio Olímpico, Toledo vio cómo uno de los atletas que más admira, el finés Tero Pitkamaki, quedó marginado de la final olímpica. Eso también es parte de su maduración. Como lo fue su decisión de vivir solo desde hace dos años y experimentar en carne propia cómo es abrir la heladera y que esté vacía. La marca para alcanzar una final en Río 2016 fue más alta que en Pekín 2008 y que en Londres 2012, y eso dejó afuera de la final a algunos "pesos pesados" como Pitkamati. Toledo dejó de ser el adolescente de Marcos Paz, y no sólo que ya se codea con los más grandes. Se anima a vencerlos.
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