Fórmula 1. La batalla del muro: la otra pelea entre Red Bull Racing y Mercedes
Christian Horner y Toto Wolff, líderes de las fábricas de Milton Keynes y Brackley, tan opuestos como sus pilotos Max Verstappen y Lewis Hamilton
Estuvo en la selecta lista de candidatos a suceder a Norbert Haug en 2012, pero como le gusta azuzar a Helmut Marko, la junta de Mercedes llegó demasiado tarde y Christian Horner se mantuvo al frente de Red Bull. El británico se integró a la factoría de Milton Keynes en 2005, cuando el multimillonario Dietrich Mateschitz compró y renombró al equipo Jaguar, y bajo su mando Sebastian Vettel logró el tetracampeonato, entre 2010 y 2013.
Después de siete temporadas y a falta de seis estaciones para el final del calendario, Horner se ilusiona en torcer el rumbo y arrebatarle el dominio a Mercedes, que festeja en continuado desde 2014, cuando la Fórmula 1 inició la era híbrida. En el circuito de Austin, Max Verstappen deberá defender la ventaja de seis puntos frente a Lewis Hamilton en el Mundial de Pilotos; el neerlandés intentará imponerse por primera vez en el trazado texano, donde el británico se exhibe como el más ganador de la historia, con seis celebraciones.
La batalla de los pilotos en la pista, a veces con maniobras que corren los límites, como ocurrió en Silverstone o en Monza, se extiende al muro, donde Horner pulsea con Toto Wolff, el hombre por el que se inclinó Mercedes y con el que las Flechas de Plata ejecutan un dominio absoluto. De 47 años, sigue siendo uno de los líderes más jóvenes de la F.1; si Verstappen y Red Bull Racing logran la corona, el británico firmará un éxito rutilante, provocará un shock en el Gran Circo.
“Si miras la fuerza de Mercedes, y el dominio que tuvieron, está claro que nadie se ha acercado a ellos durante años. Nadie los sometió a este tipo de presión a esta altura de la temporada, así que será un logro enorme si lo conseguimos”, describe, quien utiliza su capacidad para robustecer su equipo y las mañas para agitar al rival. No es una casualidad que bombardee a la FIA con sospechas sobre las mejoras en la potencia que presentó Mercedes desde la carrera en Silverstone, lo que se traduciría en una maniobra por fuera del reglamento. La FIA ya rechazó una solicitud para que se analice esta situación, aunque en Milton Keynes son expertos en recuperar la causa y pedir nuevas diligencias.
“No tengo ningún problema con Toto, pero somos personas muy diferentes. Yo tiendo a ser bastante recto y directo, esa es la forma en que siempre operé. Él opera de una manera diferente, pero tengo mucho respeto por lo que ha hecho”, disparó Horner en una entrevista concedida a The Guardian, en la que destaca que la puja en el actual calendario es diferente a la que sobrellevó RBR cuando era el equipo dominante en el Gran Circo: “Es una competición y comparado con los años en los que competíamos con Ferrari y McLaren, de 2010 a 2013, esto es muy diferente. Hay muchos detalles entre bastidores, una campaña constante de la FIA con todos los aspectos de nuestro auto”, se quejó Horner.
La frustración por los siete años sin enredarse en la pelea no le quitó continuidad al proyecto ni fuerza a la estructura. “Muchos de los ingenieros que estuvieron con nosotros en la época de esplendor siguen, pero también trajimos a otra generación de jóvenes talentos”, señala, quien ensayó una batalla psicológica con la contratación de Ben Hodgkinson, director técnico del nuevo departamento de motores que tendrá RBR, tras el anuncio del alejamiento de Honda de la F.1 en 2022. El ingeniero británico trabajó durante casi dos décadas en el área de motores de Mercedes, en Brixworth. Y los impulsores, a entender de Horner, resultaron determinantes en el ciclo que fabricaron las Flechas de Plata: “Excepto Mercedes, con Ross Brawn, subestimamos el impacto y entonces cuando empezamos la temporada de 2014 estábamos dos años por detrás de ellos. Nos llevó casi hasta esta temporada alcanzar un punto en que tenemos una unidad de potencia con la que somos capaces de enfrentarlos”, resumió. En los últimos siete campeonatos los monoplazas tuvieron motores de Renault, TAG Heuer y Honda, a partir de 2019.
Actual director deportivo de la F.1, Brawn gravitó en la supremacía de Mercedes y Horner intenta desestabilizar a Wolff apelando a su figura. Para eso realiza un tiro por elevación con el objeto de que retumbe en los oídos de su rival: “Llegó al deporte con Mercedes en 2013 y la estructura ya estaba en marcha: Ross [Brawn] había construido ese equipo [Brawn GP, creado en 2009 y con el que Jenson Button se consagró campeón en esa temporada]. Lewis [Hamilton] ya había sido contratado… Toto hizo un trabajo tremendo operando el equipo y manteniendo su rendimiento, pero nunca experimentó otra cosa que no sea ganar. Ahora el tipo de presión es diferente, es difícil. Nosotros tenemos una oportunidad de lograr un campeonato mundial y vamos a darlo todo”, avisa Horner, con la misión de incomodar a Wolff. Mercedes cometió algunos errores de estrategia -como en el GP de Turquía-, que en los años anteriores no se observaban o quedaban disimulados por la abrumadora superioridad. También es cierto que en 2009 el austríaco era accionista de Williams y en 2012, ante de desembarcar en Brackley, era director ejecutivo de la escuadra de Grove. La experiencia en desenredar la madeja la tenía y lo demostró con la continuidad de títulos de Pilotos y de Constructores.
Admirador de Alex Ferguson y del éxito en el tiempo que logró el escocés con Manchester United, Horner también sintió un gran respeto por Ron Dennis, el antiguo jefe director de equipo de McLaren. “Era una personalidad muy diferente a la mía, pero lo que consiguió fue fenomenal”, admitió quien entiende que siempre existen lecciones que aprender y que este es el momento de ensayar sobre la pista las enseñanzas de la gloria del pasado y las últimas frustraciones para devolverle el brillo a Red Bull.
Más leídas de Deportes
De racha. Argentina vs. Costa Rica: resumen, goles y resultado del amistoso internacional por la fecha FIFA
"Buscaba cosas malas". La figura de Brasil que provocaba a la selección argentina tocó fondo y encontró una solución
Indiscutible. Ángel Di María, el sexto nombre en el Olimpo histórico de la selección argentina
Del desprestigio al asombro. El caballo que viajó 10.000 km, saltaba charcos en una pista precaria y correrá por 7 millones de dólares