Loeb, un campeón paciente y certero
El francés, con Citroën, lidera la competencia, tras el retraso de Hirvonen y el vuelco de Latvala, ambos con Ford; Villagra marcha sexto; hoy se disputará la segunda etapa
VILLA CARLOS PAZ, Córdoba.- Los pilotos suelen decir que esta especialidad, la del rally, es la más parecida al golf. Quizá por eso en esta tierra mediterránea ambas disciplinas sean populares o con un gran número de aficionados. A tal punto que por estas horas la provincia recibe el mejor Rally del mundo y en Villa Allende, el Abierto del Centro de golf.
La comparación entre ambas disciplinas puede parecer una contradicción, ya que el ruido, el vértigo, todo, es sumamente distinto. Pero no lo es, al menos en el espíritu de ambas competencias. En el golf, el rival es la cancha. El desafío está en el recorrido, en la llegada a cada hoyo, en completar la vuelta. En el Rally, hay que vencer al terreno. Hay que bajar los tiempos en un sendero en el que no hay nadie más que el propio competidor, para luego comparar los registros al final, como cuando se cotejan las tarjetas.
Con esa mentalidad se manejó durante la jornada de ayer el francés Sebastien Loeb (Citroën C4 WRC), que comenzó con un problema que puede desmoralizar a cualquiera, ante la gran ventaja que por entonces poseía el finlandés Mikko Hirvonen (Ford Focus WRC), que lideraba la prueba con sólo el primer tramo cumplido (entre La Cumbre y Agua de Oro) con una ventaja de 50s7/10 sobre el campeón mundial. Una diferencia descomunal, producto de la niebla matinal, que bajó de repente a las 7.45, tras el paso de Hirvonen, que condujo con buena visibilidad, y el resto, en medio de una bruma enceguecedora. Con sólo 18,70 kilómetros de velocidad pura, parecía que la competencia, de 1619 kilómetros, ya estaba resuelta.
Pero esto es como el golf, hay que superarse a uno mismo primero, para luego pensar en la competencia. Y así lo planteó el mismo Loeb, que en el tramo siguiente, del tercer puesto pasó al segundo, ya que se "autoeliminó" el otro piloto del equipo Ford, el finlandés Jari-Matti Latvala, con un vuelco espectacular cerca de Ascochinga: "Tomé una curva abierta hacia la izquierda, el auto se me corrió, pegué contra una piedra en la banquina y dimos vueltas. Por suerte en ese tramo había público, que nos volvió a poner sobre las cuatro ruedas para seguir, aunque muy dañados", comentó el escandinavo.
Las condiciones no eran las mejores para los pilotos, que apelaron a su pericia para sortear los distintos suelos. En el mismo momento en el que el sol agobiaba en Capilla del Monte, la niebla se mantenía en La Cumbre y la lluvia, torrencial, azotaba a Villa Carlos Paz y a Córdoba.
Y aquello que parecía una utopía, se hizo realidad. En el quinto prime, Hirvonen golpeó contra una piedra, rompió la suspensión y allí terminaron sus ilusiones de lograr el primer triunfo del año. El trago amargo no fue sólo para el finlandés. Los hermanos noruegos Solberg, Petter, con Subaru, y Henning, de Stobart (Ford), sufrieron despistes, aunque el primero está tercero.
"Fue una etapa muy difícil. Trabajé para mantenerme en el camino, ya que era muy fácil irse. Las condiciones climáticas eran muy cambiantes. Estoy contento por estar adelante, pero no me gusta ganar por problemas ajenos", dijo Loeb.
En la escalada también se benefició el argentino Federico Villagra, que con el Ford Focus WRC del equipo Munchi s, mantuvo un ritmo prolijo y contundente, ubicándose en el sexto puesto. "Estoy muy contento con la actuación. Ojalá pueda mantenerme así. Es imposible pensar en descontar a los de adelante, por lo que este resultado es muy bueno", comentó el cordobés. En tanto, su compañero, Luis Perez Companc, se quedó a pocos metros del tramo final, entre La Cumbre y Agua de Oro, previo al paso del super especial, que se disputó anoche sobre las canchas auxiliares del estadio Córdoba, en un espectáculo que sirve para mostrar la disciplina por televisión.
En el Grupo N, el de Producción, los argentinos Marcos Ligato y Sebastián Beltrán corren desde cerca, a poco más de 1m30s, al puntero de la división, el austríaco Andreas Aigner.
Tras la experiencia en el valle de Punilla (no hubo tanta gente como se esperaba), hoy será el turno de Calamuchita. Al parecer, para lo que resta de competencia, Loeb tiene todo servido para administrar la ventaja frente a los Subaru, que no se muestran tan competitivos. Sin embargo, nunca se sabe cuál será el desafío de los caminos, tal como sucede en el golf. Y eso, el campeón lo sabe muy bien.
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