Michael Schumacher, un futuro repleto de interrogantes
Mientras el diario francés L’Equipe asegura que los médicos lo despiertan progresivamente y que reacciona, desde su entorno "no comentan sobre especulaciones"
En julio de 2009 se conoció la noticia que sacudió al mundo del deporte: Michael Schumacher regresaba a la Fórmula 1 . A los 40 años, el piloto más exitoso de la historia de la máxima categoría volvía al ruedo. ¿Con qué necesidad? ¿Qué le había quedado adeudado en su exitosa campaña para intentar otra vez en las pistas? ¿Resultaban pocos los 7 títulos mundiales? ¿Había que engrosar aún más la cuenta de más de 1000 millones de dólares? En definitiva, la pregunta se centraba en una sola: ¿qué pasa por la cabeza de Schumacher?
Cuatro años y medio después, en una situación totalmente distinta, en la que pelea por su vida y la salud lo mantiene en jaque tras el accidente que sufrió mientras esquiaba el 29 de diciembre último, en Francia, la pregunta se repite, aunque esta vez con otro significado: ¿qué pasa por la cabeza de Schumacher?
En medio del misterio que envuelve su estado tras el corte de información por parte del cuerpo médico que atiende al ex piloto en el Hospital de Grenoble, las versiones se cruzan. En los últimos días varios especialistas coincidieron en afirmar que "cuanto más tiempo pase en coma inducido, menos probabilidades de una recuperación posee".
Sin embargo, ayer el diario francés L'Equipe sorprendió con la noticia: un mes después del accidente de esquí sufrido en los Alpes franceses, "los médicos han comenzado a despertar progresivamente a Schumacher y el piloto ha enviado las primeras reacciones positivas".
"Se trata de un proceso lento e incierto de retorno a la vida", informó el periódico francés. Justamente L'Equipe consultó al profesor Jean-Luc Truelle, ex jefe de neurología en el Hospital Foch, en Suresnes, y aseguró que cuatro semanas de coma inducido es el período máximo y que cabe iniciar una nueva etapa. Mientras la sedación disminuye suavemente, la señales de recuperación se manifiestan por la apertura del ojo y el restablecimiento de la capacidad de comunicación, que se verifica mediante la realización de órdenes sencillas: "abre los ojos", "cierra los ojos", "abre la boca", "dame la mano". L'Equipe aseguró que Schumacher está manifestando esa capacidad de comunicarse.
Pese a la noticia alentadora, el propio doctor también advierte sobre el probable futuro de Schumacher en caso de que ese panorama sea tal como lo describe el diario francés: "Los próximos dos meses estarán dominados por un período de «confusión» y un «estado de letargo» para el ex piloto". Truelle además agregó: "En cuanto a la recuperación, es imposible hacer un pronóstico. Se necesitan varios años en el caso de las lesiones graves en la cabeza".
Al margen de las probabilidades, Sabine Kehm, la vocera de la familia Schumacher, fue tajante al salir al cruce de la información de L'Equipe: "Destaco una vez más que las declaraciones sobre la salud de Michael que no se originan desde el equipo médico que lo está tratando y deben ser consideradas como una especulación. Repito que no vamos a comentar sobre especulaciones".
Desde el mismo momento en que se originó el accidente de Schumacher, fuera de las pistas de esquí del exclusivo centro invernal de Meribel, las versiones se cruzaron. En un mismo instante las agencias informaban sobre una caída sin consecuencias serias, mientras que otras alarmaban sobre el peligro de muerte del ex piloto de Ferrari.
Y a partir de allí la información sobre el estado de salud del alemán, de 45 años, se filtraba o se daba a conocer con cuentagotas. El 6 de enero, el parte médico decía que se encontraba en un "estado crítico, pero estable". Una semana más tarde, a través de otro comunicado por parte del Hospital de Grenoble, se mencionó una cierta "estabilidad". Allí muchos especularon con la posibilidad de que despertara. Pero la semana pasada algunos comenzaron a mencionar el temor a un "probable estado vegetativo". Fue entonces cuando el periódico británico Daily Mail consultó a Jean-Marc Orgogozo, profesor de Neurología de la Universidad de Burdeos, que explicó que "cada día en coma disminuye las posibilidades de que la situación mejore", a lo que se sumaron otros especialistas.
Mientras su esposa, Corinna, lo acompaña (los hijos Mick y Gina María retomaron los estudios en Suiza y lo visitan los fines de semana) en el quinto piso del hospital, donde una severa guardia de seguridad custodia al alemán, la pregunta se instala en el ámbito médico y el público en general: ¿qué pasará por la cabeza de Schumacher?
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