Otros gigantes que desafiaron el tiempo
Michael Schumacher no es el único que se fue y volvió. Sus colegas Niki Lauda y Alain Prost también lo hicieron en la F.1. El austríaco, campeón en 1975, quedó al margen por un accidente en Nürburgring, en 1976, volvió en el ejercicio siguiente y logró otro campeonato. Se retiró en 1978, con dos coronas, y retornó en 1982 para sumar, dos temporadas después, su tercer título; el francés dijo adiós en 1991 y regresó sólo para correr en 1993. Se consagró campeón por cuarta vez y allí selló su retiro definitivo.
Claro que estas vueltas no son exclusivas del automovilismo: dos veces sancionado por doping, Diego Maradona retornó en 1992 en Sevilla y en 1995 en Boca, después de la suspensión en el Mundial de los Estados Unidos. Otros sonados casos de retornos a la actividad fueron los del ciclista Lance Armstrong, quien por un cáncer testicular se fue en 1996; cuando volvió lo hizo a lo grande y ganó nada menos que siete veces el Tour de Francia. Se llamó a sosiego desde 2005 y regresó una vez más este año, cuando acabó 3° en la tradicional prueba. Tal vez Michael Jordan sea el mito mayor de la NBA y ello no le impidió "irse y volver" más de una vez, al punto que dejó la actividad tres veces: lo hizo en 1993, en 1999 y la definitiva, en 2003.
No todos pudieron brillar tanto como lo habían hecho en un principio: cuando volvió, el nadador Mark Spitz (7 medallas doradas en Munich 72), no pasó la clasificación para Barcelona 92.