Tras casi cien días, Schumy abrió los ojos y alentó esperanzas
De acuerdo con su representante, el ex piloto evidenció momentos de mejoría; se trata de una muestra de progreso en medio de la dura batalla luego del accidente de esquí
Sentado en su Mercedes W05, Lewis Hamilton esperaba el momento para salir a la pista en Melbourne y tomar así parte de la clasificación para el Gran Premio de Australia de Fórmula 1 , fecha inaugural del Mundial 2014. De pronto, una cámara de televisión se fue sobre su humanidad para registrarlo bien de cerca. Y el inglés, que alteró con ello su concentración, no perdió la oportunidad: giró y señaló el hashtag impreso en el chasis, que rezaba #KeepFightingMichael ("Sigue luchando Michael") y que por estas horas no para de multiplicarse en las redes sociales. Ese gesto fue su modesto aporte al empuje que, hasta hoy, los ex compañeros y los fans de Michael Schumacher le brindan en cualquier tiempo y situación que puedan al convaleciente heptacampeón.
Al parecer, al menos de modo provisional, esa fuerza divina que todos buscan hacerle llegar a través de mensajes y cadenas de rezos tuvo una positiva recepción. Sabine Kehm, la vocera del ex piloto, dijo ayer que su representado tiene "momentos de conciencia en los que abre los ojos", frase con la que rompió el silencio después de mucho tiempo de especulaciones varias. Es que desde que Schumy cayó en la pista de esquí de la estación alpina de Meribel, en Francia, el 29 de diciembre pasado, y golpeó su cabeza contra una roca, hasta hoy, mucho se dijo y no siempre con buen tino o prudencia. Las guardias periodísticas en la puerta del hospital de Grenoble en el que descansa Schumacher tuvieron un comportamiento fluctuante: fueron de un caudal numeroso y una ansiedad crepitante en los primeros días a una casi nula presencia en los últimos tiempos. En ello mucho incidió la falta de partes médicos oficiales concretos, que fueron reemplazados por corrillos –con algún diario sensacionalista a la cabeza– que más de una vez cerecieron de respeto, sensibilidad y hasta de buen gusto.
Sin embargo, en las últimas horas, a poco de cumplirse cien días del accidente, el panorama –por primera vez– parece alentador. "Michael está progresando", agregó Kehm, seguramente entonada después de haber visto por primera vez en mucho tiempo los ojos abiertos de Schumy. Igual, ese gesto positivo no será óbice para dejarse estar. Al contrario, el entorno del piloto tiene más ganas de pelear que nunca. "Estamos a su lado junto con todo el equipo del hospital", abrevió Kehm sobre el panorama a futuro, agregando que su familia no dará "mayores detalles" por el momento. Esto tiene que ver, seguramente, con la versión de que el hombre más ganador de la historia de la F. 1 sería trasladado en breve a su hogar de Suiza, rumor que cobró fuerza en los últimos días.
La ausencia de detalles en la evolución se debe, fundamentalmente, a dos cosas: a no generar falsas expectativas que pudiesen confundir a la gente y al estado del deportista, que por tratarse de un paciente sedado de modo inducido, no generó novedades de fondo. Aun así, acciones que no fueron divulgadas en su momento y que hoy salen a la luz demuestran que de modo permanente se buscaron soluciones diferentes. Una fue enfriar su cuerpo algunos grados por debajo de lo normal para reducir el metabolismo cerebral y permitir así que sus niveles de oxígeno y nutrientes pudieran ser suficientes para las necesidades de ese órgano.
Las "lesiones craneales serias" que se mencionaron en el primer parte médico son las que hoy siguen manteniendo en jaque la salud del otrora rey del automovilismo. Pero, aunque en su momento se dejó bien en claro que las posibilidades de supervivencia en estos casos ronda el 50%, el mundo sabe que Schumacher, a los 45 años, seguía llevando la vida de un disciplinado atleta. Y con gestos como la provisional apertura de los ojos evidenciada ayer, la esperanza vuelve a tomar la posta