Boxeo / El tributo a Locche. Balbi-Garay: convencer en tiempo de retornos
No fue nada fácil para el ex campeón mundial de los livianos Raúl Balbi ni para el desafiante al campeonato mundial semipesado, Hugo Garay, recuperar el crédito popular de los nostálgicos asistentes al Luna Park de anteanoche.
Ni el hechizo de todo aquello que significaba evocar a Nicolino Locche a un mes de su partida, ni las figuras históricas de Horacio Accavallo, Abel Laudonio, Mario Guilloti o Sergio Palma, en el ring side, pudieron elevar la temperatura anímica de un recinto muy frío y casi indiferente.
Garay vivió dos experiencias especiales. El estreno de su nuevo equipo técnico, con Rudecindo Chaves como entrenador principal en lugar de Carlos Tello, y ponerse a prueba tras las dos chances malogradas, por su propia inoperancia, ante el campeón húngaro Szolt Erdei.
Su respuesta fue aceptable. No más que aceptable. No tuvo mayor oposición en Cristian Leal, quien le propinó un corte en una ceja por golpe en el cuarto round. Garay, que conservó el título argentino semipesado en un fallo unánime, necesitará mayores exigencias camino a una tercera posibilidad mundialista. Sus intermitencias, técnicas y anímicas, son incomprensibles. Sobre todo cuando domina con claridad a sus rivales.
Balbi consiguió la victoria más lúcida de la reunión. Su gancho y cross de izquierda, bien aplicados, terminaron con el santiagueño Walter Díaz, que no pudo capitalizar la única opción posible: una mano de KO. Pepe completó con acierto otro paso en su etapa de regreso al boxeo, ganando por KOT en seis rounds.
Quizá perfeccionando el nivel de preparación y aumentando el riesgo en sus oponentes, Balbi pueda demostrar que aún mantiene cualidades para intentar peleas "convenientes " y tener buenos resultados internacionales.
Esto es lo que necesita, y lo que realmente quiere.
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