Boxeo | En Nueva York. Baldomir, en la gloria
El santafecino batió por puntos a Zab Judah y se consagró campeón mundial de los welters
NUEVA YORK (Especial).– Carlos Baldomir (66kg.340) se subió anoche al ring para la pelea que esperó toda su vida. Acaso la oportunidad le llegó tarde, a los 34 años, conocedor de que quizás era la última gran oportunidad y no defraudó: le ganó por puntos al norteamericano Zab Judah (66kg.570) -115-114, 114-113 y 115-112- y le arrebató las coronas del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en un combate realizado en la madrugada de hoy en el Madison Square Garden, de esta ciudad.
El ascenso hasta la cima del ranking no le fue sencillo al Tata. Le llegó cuando muchos presentían que el declive era irrefrenable. Sin embargo, Baldomir dio pelea ante un gran boxeador; complicado por su velocidad y su condición de zurdo.
En el séptimo asalto, la pelea sufrió un cambio fundamental cuando Baldomir, con una derecha, puso en aprietos al norteamericano; de allí hasta el final, el argentino marcó el ritmo del combate, soportó golpes bajos y la pasividad de un árbitro localista. “Sé lo que me costó llegar y dejaré todo en el ring”, confesó algunas horas antes de subir al cuadrilátero del Grand Theater (ex Felt Forum) del mítico Madison Square Garden. Y cumplió de la mano de Amilcar Brusa, el patriarca de los entrenadores, que a los 83 años encontró las sabias palabras para orientarlo a Baldomir, como lo hizo en su momento con Carlos Monzón.
Judah, que había asegurado que se divertiría con el argentino, fue un gran fracaso; tuvo bravuconadas de un campeón, pero falló en el ring.
Hasta el quinto asalto, Baldomir le hizo frente sin dar un paso atrás; el argentino sufrió un corte por un cabezazo y el árbitro Arturo Mercante miró para otro lado. Tanto como antes del comienzo de la pelea, cuando el norteamericano le pegó un golpe y dio el paso atrás en una actitud antideportiva, que mereció un castigo.
Después llegó aquella mano del séptimo round y el camino a la victoria de Baldomir, que selló una campaña digna y en silencio que tuvo su recompensa casi en el final de su carrera. Para el norteamericano, la gran frustración, a tal punto que ya tenía firmada una superpelea con Floyd Mayweather, para el 8 de abril próximo, por una bolsa millonaria.
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