Opinión. El 3er extranjero, otro producto del desgobierno de la Liga
La ola va cobrando fuerza lentamente. Una decisión errónea de los dirigentes de la Liga Nacional y el inmediato malestar provocado en todos los estamentos del básquetbol, especialmente en el de los jugadores, puede provocar que el agua lo inunde todo. Y no está exenta la selección nacional que pronto comenzará su preparación para defender el oro olímpico.
Sin mediar consultas ni atender requerimientos en contrario, los porfiados y obtusos dirigentes de los clubes de primera (13 de ellos, porque Libertad y Regatas Corrientes votaron en contra y Ben Hur estuvo ausente) aceptaron una ficha optativa para un 3er extranjero. Una regla que imperó durante las temporadas 1999/2000 y 2000/01 y que fracasó estrepitosamente. Nada menos que 198 foráneos pasaron tras los recambios en esas dos campañas. El extranjero es el primer fusible que salta cuando las cosas no van bien y, entre pasajes de ida y vuelta, inscripción y alta internacional, cada uno de ellos genera un gasto cercano a los 2500 dólares, sin contar los sueldos, que siempre son de los mejores.
No sólo ese antecedente es suficiente para que los directivos no repitan el mismo error. Una ficha más de foráneo a las dos existentes significa la quita de trabajo para varios jugadores nacionales y la imposibilidad de hacerle lugar al valioso fogueo de los juveniles con talento que piden pista. Un aspecto que siempre la Liga utilizó como bandera del progreso y que hoy decidieron olvidar. Pero, además, un 3er importado le quitaría identidad nacional al juego (podría suceder que en la cancha hubiera sólo cuatro argentinos, dos por bando). Eso no es nada si se sabe, por la experiencia recogida en años, que el estilo del juego criollo es el de pases, elaboración y disciplina táctica, siempre para darle prioridad a lo colectivo, algo que los mediocres extranjeros que llegan a estas costas rompen y desvirtúan por su individualismo y convicción de que ellos son superiores. Incluso, se comprobó que con un trío de afuera se forman sociedades deportivas inapropiadas y hasta camarilla fuera de la cancha.
El presidente de la Liga, Eduardo Bazzi, le dijo a la Asociación de Jugadores: "Estoy con ustedes, pero no puedo hacer nada". Hay una segunda línea dirigencial comandada por Boca y Peñarol -ya lo hemos dicho- que gobierna la Liga ante un mandatario incapaz de hacerle ver sus errores o que vive cómodo dejando hacer, mientras sean recíprocos con él. Otra vez ellos perjudicando a la Liga. Una costumbre. Y otra vez el básquetbol -incluida la selección si sus jugadores se involucran en el conflicto- al borde de ser tapado por una ola gigante por la ineptitud y falta de mando de un presidente sin ascendencia entre otras cosas.
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